Qué fácil es el sexo, parte 2 - Julián
Fecha: 03/03/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Danielgay18, Fuente: SexoSinTabues
Julián de 13 años terminó cogido por su hermano Ramón de 17,y decide aliviar su culpa con más sexo. Segundo relato de la serie, la relación entre ambos hermanos se torna más incestuosa. Desperté desnudo sobre mi cama, observé mi cuarto y me di cuenta de que Ramón no estaba ahí. Cuanto me senté, sentí una punzada en mi ano; lo sentía abierto y entumido, llevé mis dedos hacia ahí y sentí cómo el semen de Ramón había escurrido por mi agujero abierto. Las imágenes de lo que había hecho la noche anterior regresaban a mi cabeza y me invadió un sentimiento de culpa. ¿Por qué lo hice? ¿Soy gay? No quiero ser gay. Me sentía sucio, asqueado y comencé a llorar. Me sentía culpable de que me haya gustado que mi hermano me cogiera. --------------------------------------------------------------------- Era sábado, por lo que no teníamos clase y mamá trabajaba, y eso significaba que me quedaría todo el día en casa solo con Ramón. Tenía miedo de bajar, me daba vergüenza tener que verlo y deseaba que no mencionara absolutamente nada de lo que había pasado. Con una servilleta me limpié los restos del semen y me puse la misma trusa y el mismo short de la noche anterior. Salí sin camisa de la habitación y vi a mi hermano sentado en el sofá de la sala viendo Friends en la televisión. Pasé frente a él sin mirarle a los ojos y me senté del otro lado del sofá. -Hueles a mi semen, deberías bañarte, Julián –Fue lo primero que me dijo. -En un rato- le contesté con voz temblorosa. -Mmm, se me hace que te ...
... gusta sentir mi leche dentro de ti. Toda la vergüenza y culpa que sentía se transformaron en rabia, autentica rabia. En un impulso me levanté y me lancé hacia él y le di un puñetazo en el estómago. Yo podía ser más bajito, pero era más robusto y, después de todas las peleas que había tenido en la escuela, sabía cómo golpear. Ramón cayó al piso y, antes de que se levantara le pateé justo en el culo. Él se retorcía mientras se sobaba las nalgas e intentaba recuperar el aliento. Yo comencé a llorar del coraje y le grité: -¡TE ODIO! Soy tu hermano, ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡Me usaste! Le diré a mamá, le diré todo lo que me hiciste. -No, no lo harás –Ramón se levantó, sacó su celular y me enseñó un video, yo palidecí al verme a mí mismo en la pantalla del teléfono, en cuatro patas y recibiendo la verga de 17 centímetros de mi hermano. –Te grabé, y si dices algo, si me vuelves a amenazar o a golpear, todos tus amigos te escucharán diciendo que eres mi putita. No pude ni mirarlo, salí corriendo al baño y me encerré ahí, me senté en el piso y comencé a llorar. Lo odiaba, me odiaba. No sé en qué pensaba cuando me quité la ropa, cuando acepté que me lamiera el culo, cuando dejé que me cogiera. Me sentía sucio pero imaginé que ni con todo el jabón del mundo me quitaría esa sensación. Pasó una hora, yo seguía tirado en el piso cuando Ramón tocó la puerta. -Julián, ábreme por favor, hablemos. -Lárgate, no quiero verte. -Hermanito, solo quiero disculparme, por favor –silencio-. Bueno, ...