El camionero me penetró
Fecha: 04/03/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... sitio junto a la frontera con Francia. Mientras el repostaba yo salí corriendo al aseo, "estaba que me meaba". Luego me llevó a un sitio donde por un euro cada uno nos pudimos duchar. Estaba tan cansada de llevar vaqueros y me sentía tan confiada con Joaquín que al coger las braguitas limpias de mi mochila también cogí una minifalda celeste. Cenamos y no me dejó pagar y tampoco dejó de mirar mis muslos blancos con disimulo (tengo unos muslos preciosos y... lo sé); lo miré con mis ojos verdes y lo pillé en uno de "sus repasos", a mis muslos, me dijo Joaquín: —Perdona Margarita, te miro sin maldad, de verdad, es que se me van los ojos solos; llevo más de una semana sin ver a mi mujer y solo ver tus muslos me pongo malo; no temas. El camión estaba aparcado en batería junto a otros camiones, se veían pocos camioneros. Dormimos en el camión, cada uno en una litera, yo en la de arriba. Me dijo antes de dormir: —Si tocan a la puerta no respondas, ya no se puede dormir en los camiones, solo en un hotel; pero un amigo mío, de un hotel, me da recibos "y listo". Si tienes ganas de orinar, sal y orina debajo del camión, solo abre aquí; si no puedes abrir la puerta despiértame. Buenas noches chica. Allí se dormía muy bien, Joaquín tenía todo muy limpio, olía a ambientador de pino. Mi litera tenía las sábanas planchadas, seguro que por su mujer; me excitó desnudarme y sentir aquellas sábanas rozando mi piel. Saqué mi cabeza por la cortinilla y le pregunté: —Joaquín, ¿sabe tu mujer que me ...
... llevas en el camión? —No, no por nada; solo que no suelo contarle nada más lo que la haga feliz, "mujer contenta mujer mejor". —Chico listo —le dije y los dos nos echamos a reír. Yo estaba cómoda allí, Joaquín estaba roncando suave y soñaba; según me dijo, llevaba conduciendo desde Huelva. Me sentía excitada oliendo su desodorante, desde que se había duchado; pero ahora, sintiendo sus leves ronquidos de cansancio bajo mi litera, mi sexo desnudo estaba mojado. Asomé mi cabeza por la cortinilla mirando para abajo y me quedé observando su cara. Era encantador verlo dormido, con la expresión de "un niño grande"; mientras con el cuello estirado lo miraba, bajo la luz de emergencia del camión, con la otra mano me masturbé, manchando aquellas limpias sábanas. De madrugada y, poniéndome mi pijama, salí a orinar. Olía a gasoil debajo del camión mientras hacía pis junto una rueda delantera, me limpié el chocho con un clínex y volví arriba a dormir. —No tardes tanto cuando bajes a orinar, que me preocupo —dijo Joaquín y me sentí protegida y de nuevo excitada. Por la mañana entramos en Francia, la carretera estaba llena de camiones y a la derecha se veía el mar. Tras más de cuatro horas de carretera paramos en un área de servicio y desayunamos (esta vez invité yo). Otras cuatro horas o más estuvimos en carretera, el paisaje cada vez era más frondoso conforme nos introducíamos en el centro de Francia. Que diferencia con la península, donde las zonas poco verdes y resecas abundan. Joaquín ...