El camionero me penetró
Fecha: 04/03/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... conducía de forma muy tranquila, era un hombre con mucho nervio pero bien llevado. Joaquín aparcó el camión a las afueras de París, cerca de un parque de atracciones. Las duchas de esa área estaban muy limpias, pero los camioneros que hacían cola para ducharse miraban mi cortita minifalda y mis muslos claros como si los devoraran con la mirada. Escuchaba murmullos, alguno que otro me dijo, ¡guapa!, y otros rieron después. Joaquín, que estaba a mi lado, me cogió por la cintura y me besó en la frente. Todo se quedó en silencio, Joaquín, sin ser muy grande, se veía serio y robusto; ¡incluso nos dejaron ducharnos antes de que nos tocara!, ya en la cabina, tras darle un ticket de hotel un amigo a Joaquín en la cafetería, nos metimos en la cabina, le dije: —Joaquín, gracias por pararles los pies a "tus compis". —No es nada, son buena gente; lo que pasa es que estamos todos muy faltos de hembra y los nervios están a flor de piel; yo solo les he mandado el mensaje de que eres mía, que cuidado con las bromas. —Gracias. —Margarita, guapetona; hasta que lleguemos a Holanda en las duchas mejor lleva los pantalones guapa, no quisiera tener una pelea. —Eso haré Joaquín, ya me lo dijo mi madre, que mejor vaqueros; gracias Joaquín, buenas noches. Nos metimos a dormir en las literas. Yo estaba muy excitada, mi camionero, que me había protegido, era tan correcto que no intentaba nada conmigo y eso me ponía irascible. Al subir a mi litera dejé abierta la cortina, no quería taparme y me desnudé ...
... como todas las noches. Al quitarme las bragas las lancé desde arriba sobre el salpicadero del vehículo, "de coraje", por no poder follar teniendo ganas, muchas ganas. Al cabo de dos horas desperté al sentir un leve movimiento de mi litera. Agudicé el oído y comprobé que provenía de la litera inferior; ese sonido era inconfundible, ya lo había escuchado antes… ¡Joaquín se estaba masturbando! Asomé la cabeza descolgándola un poco de mi litera, sin hacer ruido: Joaquín tenía su mirada fija en dirección al salpicadero; miré en esa dirección y vi mis bragas rosas de encaje desparramadas sobre la nevera pequeña en el centro de la cabina, ¡se estaba masturbando mientras miraba mis bragas! Subí de nuevo mi cabeza si hacer ruido y saqué los pies apoyándolos en la escalerilla portátil. Bajé de golpe sin esperar a que se corriera y permanecí de pie, mi cabeza estaba a la altura de mi litera y mirando a esta, con lo cual yo no lo veía a él y él tampoco veía mi rostro; pero si veía mi coño frente a su cara. Como si no me hubiera dado cuenta. Picara, como solo soy yo, me agaché desnuda y abrí la neverita para beber agua, exponiendo mi blanco y pecoso culo a la mirada de Joaquín, que detrás de mí, seguro que me estaba mirando. Me di la vuelta como estaba, desnuda y en cuclillas, y al mirar a mi camionero le vi los ojos cerrados. Sus párpados se veían apretados y sin relajación; ¡se estaba haciendo el dormido!, incluso simulando respirar entre sueños, pero se le notaba. Sin pedirle permiso ...