1. A los 6 años quería saber todo!


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Gays Autor: totoarg, Fuente: SexoSinTabues

    Yo, un pibito de 6 años muy preguntón Él era mucho más grande y fuerte, tenía 19 años, trabajaba en albañilería y en el campo de sus padres se encargaba de las vacas y los caballos. Tenía manos grandes, brazos y piernas fuertes y bien formadas además por el futbol. Lo había visto en competencia de fuerza y lucha con el resto de los pibes y siempre ganaba él por su contextura y fuerza bruta. Hola a todos, este es mi primer relato y los hechos que describo son de mi despertar sexual con mi vecino tal cual lo recuerdo, tal vez distorsionado por el tiempo, pero fiel a los hechos. Solo quería compartir la experiencia y si lo disfrutan al leerlo tanto como yo al recordarlo y escribirlo, me gustaría saber sus opiniones y criticas de redacción. Te limpias la chele dela mano antes, para no pegotear el teclado y escribí algo pajero! Mis abuelos dormían; era y sigue siendo costumbre en la región de Argentina donde nací, dormir una hora o unos minutos después de almorzar. La siesta era un mundo de posibilidades para cualquier niño que no adhería a estas costumbres, desde jugar en los lugares y con los objetos prohibidos por los adultos de la casa, salir a jugar a la calle con amigos, patear un rato la pelota, coleccionar caracoles, insectos o simplemente dejar volar esa imaginación inagotable que todos desarrollamos en la infancia. Mis padres se habían separado cuando tenía 4 años y cada uno de ellos vivía en sus problemas, conflictos y labores. Por fortuna, mis abuelos tenían mucho ...
    ... interés en acompañarme de una forma más activa y presente, entonces vivía más tiempo con ellos que con mamá o papá. Pero como no eran mis padres, es lógico que nunca hayan sido muy estrictos. Vivíamos en un pueblito muy pequeño en el Norte argentino y todos conocían a todos, la mayoría eran amigos entre sí, entonces no se corría mucho peligro, en el sentido trágico, al dejar que un niño juegue por ahí sin supervisión constante. Jugaba solo en la vereda de la casona, debajo de un paraíso que me protegía de las altas temperaturas de las primeras horas de la tarde, cuando veo que Oscar caminaba hacia la casa de Luciano. Yo termino de tirar algunos juguetes en una bolsa para guardarlos y cruzo corriendo la calle para alcanzar a mi vecino. Oscar vivía con su familia una calle detrás de la de mis abuelos. Me caía muy bien porque siempre tenía ganas de hablar conmigo y contestar cualquiera de esas preguntas grandiosas pero cansinas que hacemos de niños. Debo reconocer que era muy insistente cuando exigía una respuesta, no muchos tenían paciencia así que Oscar me caía mucho mejor que otros amigos, vecinos y familiares. Caminaba tan despacio que lo alcancé antes de que llegue a la casa de Luciano. -¿Qué haces Pablito jodiendo ( molestando) a esta hora? Me saludó cuando llego a su lado. -No tenía ganas de dormir la siesta. Le respondí con toda la naturalidad que da la verdad. -¿Venís a la casa de Luciano? Salió con Lalo en la bici. Nos sentamos sobre un banco de cemento que había frente a ...
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