Hijas del Sol Naciente p3
Fecha: 05/03/2019,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster
... placer. Aquella era la primera vez que penetraba a una mujer con mi pene, algo completamente anormal dentro de la moral tradicional, y no podía creer que fuera precisamente aquella muchacha de quince años, casi una niña, la que se atreviese a tanto con un esclavo, y mucho menos delante de una amiga. Sabía que la princesa nunca había tenido una novia; pensé en qué diría su madre, o su futura esposa, de saber que había perdido la virginidad con un hombre, pensé en qué mujer se sentiría a gusto haciendo el amor con ella, excitando su sexo, si sabía que en él había entrado alguna vez un pene. Aquello duró sólo unos treinta segundos; incluso había estudiado los detalles sobre cuánto tiempo había estado con la señorita Lydia.Después se separó de mí unos instantes, y rápidamente se colocó un consolador de cintura, igual al que había usado el día anterior Makoto, pero algo mayor. Se puso frente a mí sentada sobre sus talones, y me hizo acercarme a ella, y colocarme tumbado boca arriba, con las rodillas dobladas y las plantas de los pies sobre la cama, con el culo apoyado en sus muslos. Entonces, inclinándose sobre mí, me introdujo todo su fingido pene de un solo y certero golpe, el cual se deslizó cómodamente hasta el fondo de mi recto. Con un suave bombeo, la princesa Juriko comenzó a darme por el culo, desde delante, mientras yo miraba sus ojos castaños.Aquella caricia era sorprendentemente placentera. A pesar de su corta edad, sus movimientos eran muy expertos, mucho más que ...
... los de Makoto; tan expertos, que aquel consolador entraba y salía de mí sin dificultad, y no notaba ningún escozor, sino tan solo un intenso dolor cuando entraba hasta el fondo, debido a su longitud. Era un movimiento tranquilo pero continuado, que excitaba cada terminación nerviosa. Casi sin darme cuenta, a los pocos minutos tuve un profundo orgasmo, largo y cálido, cuyo fruto se derramó sobre mi pecho y mi cuerpo. No obstante, el tiempo no se había acabado aún, y mi dueña siguió con aquello, mientras limpiaba mi pecho con la sábana, hasta cumplido el plazo que la señorita Lydia le había indicado.Después se levantó, y se puso de pie sobre la cama, obligándome a ponerme de rodillas. Entonces, sujetando mi cabeza con su mano izquierda por la nuca, dirigió la punta del consolador a mis labios, y empujó hacia dentro, hasta que sentí el suave latex en mi garganta. Y así empezó a hacerle el amor a mi boca, con los mismos movimientos suaves y rítmicos con que me había sodomizado. De vez en cuando lo sacaba de mi boca, y deslizaba su mano arriba y abajo haciendo como si se masturbara, para luego volver a introducir aquel aparato en mi boca.Pasados unos veinte minutos dejó aquello. Luego, lentamente, empezó a agacharse, hasta quedar de rodillas frente a mí; empujó mi pecho hacia atrás, y pude sentir la palma de su mano, ardiente, sudorosa. Yo me dejé llevar hacia atrás, y quedé tumbado sobre la cama. Entonces la princesa Juriko se inclinó sobre mi cuerpo, retrocediendo siempre con ...