1. LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Duro Voyerismo Autor: reininblack, Fuente: xHamster

    ... 107La noche hacía mucho que había caído, y se levantaba el relente.—Entretanto, buenas noches, y que la paz sea con vosotros. Vuestro secreto está asalvo conmigo hasta que nos volvamos a ver —dijo el padre antes de desaparecer. 12 de 107Capitulo IICURIOSA POR SABER EL DESARROLLO DE UNA aventura en la que ya estabaverdaderamente interesada, al propio tiempo que por la suerte de la gentil y amable Montse Fernández,me sentí obligada a permanecer junto a ella, y por lo tanto tuve buen cuidado de nom*****arla con mis atenciones, no fuera a despertar su resistencia y a desencadenar unataque a destiempo, en un momento en el que para el buen éxito de mis propósitosnecesitaba estar en el propio campo de operaciones de la joven.No trataré de describiros el mal rato que pasó mi joven protegida en el intervalotranscurrido desde el momento en que se produjo el enojoso descubrimiento del padreconfesor y la hora señalada por éste para visitarle en la sacristía, con el fin de decidir sobreel sino de la infortunada Montse Fernández.Con paso incierto y la mirada fija en el suelo, la asustada muchacha se presentó antela puerta de aquélla y llamó.La puerta se abrió y apareció el padre en el umbral.A un signo del sacerdote Montse Fernández entró, permaneciendo de pie frente a la imponentefigura del santo varón.Siguió un embarazoso silencio que se prolongó por algunos segundos. El padreAmbrosio lo rompió al fin para decir:—Has hecho bien en acudir tan puntualmente, hija mía. La estricta ...
    ... obediencia delpenitente es el primer signo espiritual que conduce al perdón divino.Al oír aquellas bondadosas palabras Montse Fernández cobró aliento y pareció descargarse de unpeso que oprimía su corazón.El padre Ambrosio siguió hablando, al tiempo que se sentaba sobre un largo cojínque cubría una gran arca de roble.—He pensado mucho en ti, y también rogado por cuenta tuya, hija mía. Durantealgún tiempo no encontré manera alguna de dejar a mi conciencia libre de culpa, salvo lade acudir a tu protector natural para revelarle el espantoso secreto que involuntariamentellegué a poseer.Hizo una pausa, y Montse Fernández, que sabía muy bien el severo carácter de su tío, de quienademás dependía por completo, se echó a temblar al oír tales palabras.Tomándola de la mano y atrayéndola de manera que tuvo que arrodillarse ante él,mientras su mano derecha presionaba su bien torneado hombro, continuó el padre:—Pero me dolía pensar en los espantosos resultados que hubieran seguido a talrevelación, y pedí a la Virgen Santísima que me asistiera en tal tribulación. Ella me señalóun camino que, al propio tiempo que sirve a las finalidades de la sagrada iglesia, evita las 13 de 107consecuencias que acarrearía el que el hecho llegase a conocimiento de tu tío. Sinembargo, la primera condición necesaria para que podamos seguir este camino es laobediencia absoluta.Montse Fernández, aliviada de su angustia al oír que había un camino de salvación, prometió en elacto obedecer ciegamente las órdenes de su padre ...
«12...101112...198»