1. LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Duro Voyerismo Autor: reininblack, Fuente: xHamster

    ... terriblemente.—Tendré mucho cuidado, hija mía. Iré despacio. Ahora estás bien preparada por losjugos de los santos varones que tuvieron la buena fortuna de precederme.Montse Fernández tentó el gigantesco pene.El sacerdote era endiabladamente feo, bajo y obeso, pero sus espaldas parecían las deun Hércules.La muchacha estaba poseída por una especie de locura erótica. La fealdad de aquelhombre sólo servía para acentuar su deseo sensual. Sus manos no bastaban para abarcartodo el grosor del miembro. Sin embargo, no lo soltaba; lo presionaba y le dispensabainconscientemente caricias que incrementaban su rigidez. Parecía una barra de acero entresus suaves manos.Un momento después el tercer asaltante estaba encima de ella, y la joven, casi tanexcitada como el padre, luchaba por empalarse con aquella terrible arma.Durante algunos minutos la proeza pareció imposible, no obstante la buenalubricación que ella había recibido con las anteriores inundaciones de su vaina.Al cabo, con una furiosa embestida, introdujo la enorme cabeza y Montse Fernández lanzó ungrito de dolor. Otra arremetida y otra más; el infeliz bruto, ciego a todo lo que no fueradarse satisfacción, seguía penetrando. 28 de 107Montse Fernández gritaba de angustia, y hacía esfuerzos sobrehumanos por deshacerse del salvajeatacante.Otra arremetida, otro grito de la víctima, y el sacerdote penetró hasta lo más profundoen su interior.Montse Fernández se había desmayado.Los dos espectadores de este monstruoso acto de corrupción ...
    ... parecieron en unprincipio estar prestos a intervenir, pero al propio tiempo daban la impresión deexperimentar un cruel placer al presenciar aquel espectáculo. Y ciertamente así era, comolo evidenciaron después sus lascivos movimientos y el interés que pusieron en observar elmás minucioso de los detalles.Correré un velo sobre las escenas de lujuria que siguieron, sobre losestremecimientos de aquel salvaje a medida que, seguro de estar en posesión de la personade la joven y Montse Fernández muchacha, prolongó lentamente su gocé hasta que su enorme y férvidadescarga puso fin a aquel éxtasis, y cedió el paso a un intervalo para devolver la vida a lapobre muchacha.El fornido padre había descargado por dos veces en su interior antes de retirar sulargo y vaporoso miembro, y el volumen de semen expelido fue tal, que cayó con ruidoacompasado hasta formar un charco sobre el suelo de madera.Cuando por fin Montse Fernández se recobró lo bastante para poder moverse, pudo hacerse ellavado que los abundantes derrames en sus delicadas partes hacían del todo necesario. 29 de 107Capitulo IVSE SACARON ALGUNAS BOTELLAS DE VINO, de una cosecha rara y añeja, ybajo su poderosa influencia Montse Fernández fue recobrando poco a poco su fortaleza.Transcurrida una hora, los tres curas consideraron que había tenido tiempo bastantepara recuperarse, y comenzaron de nuevo a presentar síntomas de que deseaban volver agozar de su persona.Excitada tanto por los efectos del vino como por la vista y el contacto ...
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