LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Duro
Voyerismo
Autor: reininblack, Fuente: xHamster
... con suslascivos compañeros, la jovencita comenzó a extraer de debajo las sotanas los miembros delos tres curas. los cuales estaban evidentemente divertidos con la escena, puesto que nodaban muestra alguna de recato.En menos de un minuto Montse Fernández tuvo a la vista los tres grandes y enhiestos objetos. Losbesó y jugueteó con ellos, aspirando la rara fragancia que emanaba de cada uno, ymanoseando aquellos enardecidos dardos con toda el ansia de una consumada Chipriota.—Déjanos joderte —exclamó piadosamente el Superior, cuyo pene se encontraba enaquellos momentos en los labios de Montse Fernández.—Amén —cantó Ambrosio.El tercer eclesiástico permaneció silencioso, pero su enorme artefacto amenazaba alcielo.Montse Fernández fue invitada a escoger su primer asaltante en esta segunda vuelta. Eligió aAmbrosio, pero el Superior interfirió.Entretanto, aseguradas las puertas, los tres sacerdotes se desnudaron, ofreciendo así ala mirada de Montse Fernández tres vigorosos campeones en la plenitud de la vida, armado cada uno deellos con un membrudo dardo que, una vez más, surgía enhiesto de su parte frontal, y queoscilaba amenazante.—~Uf! ;Vaya monstruos! —exclamó la jovencita, cuya vergüenza no le impedía irtentando, alternativamente, cada uno de aquellos temibles aparatos.A continuación la sentaron en el borde de la mesa, y uno tras otro succionaron suspartes nobles, describiendo círculos con sus cálidas lenguas en torno a la húmedahendidura colorada. en la que poco antes habían ...
... apaciguado su lujuria. Montse Fernández se abandonócomplacida a este juego, y abrió sus piernas cuanto pudo para agradecerlo.—Sugiero que nos lo chupe uno tras otro —propuso el Superior.—Bien dicho —corroboró el padre David Brown, el pelirrojo de temible erección—.Pero hasta el final. Yo quiero poseerla una vez mas.—De ninguna manera, David Brown —dijo el Superior—. Ya lo hiciste dos veces; ahoratienes que pasar a través de su garganta, o conformarte con nada.Montse Fernández no quería en modo alguno verse sometida a otro ataque de parte de David Brown,por lo cual cortó la conversación por lo sano asiendo su voluminoso miembro, eintroduciendo lo más que pudo de él entre sus lindos labios. 30 de 107La muchacha succionaba suavemente hacia arriba y hacia abajo de la azulada nuez,haciendo pausas de vez en cuando para contener lo más posible en el interior de sushúmedos labios. Sus lindas manos se cerraban alrededor del largo y voluminoso dardo, y loagarraban en un trémulo abrazo, mientras ella contemplaba cómo el monstruoso pene seendurecía cada vez más por efecto de las intensas sensaciones transmitidas por medio desus toques.No tardó David Brown ni cinco minutos en empezar a lanzar aullidos que más seasemejaban a los lamentos de una bestia salvaje que a las exclamaciones surgidas depulmones humanos, para acabar expeliendo semen en grandes cantidades a través de lagarganta de la muchacha.Montse Fernández retiró la piel del dardo para facilitar la emisión del chorro basta la última ...