LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Duro
Voyerismo
Autor: reininblack, Fuente: xHamster
... requerimientos, fuesen los que fuesen.El señor Verbouc era un hombre sano y de robusta constitución, que rondaba loscincuenta años. Como tío suyo que era, siempre le había inspirado profundo respeto aMontse Fernández, sentimiento en el que estaba mezclado algo de temor por su autoritaria presencia. Sehabía hecho cargo de ella desde la muerte de su hermano, y la trató siempre, si no conafecto, tampoco con despego, aunque con reservas que eran naturales dado su carácter.Evidentemente Montse Fernández no tenía razón alguna para esperar clemencia de su parte en unaocasión tal, ni siquiera que su pariente encontrara una excusa para ella.No me explayaré en el primer cuarto de hora, las lágrimas de Montse Fernández, el embarazo conque recibió los abrazos demasiado tiernos de su tío, y las bien merecidas censuras.La interesante comedia siguió por pasos contados, hasta que el señor Verbouc colocóa su hermosa sobrina sobre sus piernas, para revelarle audazmente el propósito que sehabía formulado de poseerla.—No debes ofrecer una resistencia tonta, Montse Fernández —explicó su tío—. No dudaré niaparentaré recato. Basta con que este buen padre haya santificado la operación, para queposea tu cuerpo de igual manera que tu imprudente compañerito lo gozó ya con tuconsentimiento.Montse Fernández estaba profundamente confundida. Aunque sensual, como hemos visto ya, yhasta un punto que no es habitual en una edad tan tierna como la suya, se había educado enel seno de las estrictas ...
... conveniencias creadas por el severo y repelente carácter de supariente. Todo lo espantoso del delito que se le proponía aparecía ante sus ojos. Ni siquierala presencia y supuesta aquiescencia del padre Ambrosio podían aminorar el recelo conque contemplaba la terrible proposición que se le hacía abiertamente. 39 de 107Montse Fernández temblaba de sorpresa y de terror ante la naturaleza del delito propuesto. Estanueva actitud la ofendía.El cambio habido entre el reservado y severo tío, cuya cólera siempre habíalamentado y temido, y cuyos preceptos estaba habituada a recibir con reverencia, y aquelardiente admirador, sediento de los favores que ella acababa de conceder a otro, la afectóprofundamente, aturdiéndola y disgustándolaEntretanto el señor Verbouc, que evidentemente no estaba dispuesto a concederletiempo para reflexionar. y cuya excitación era visible en múltiples aspectos, tomó a sujoven sobrina en sus brazos, y no obstante su renuencia, cubrió su cara y su garganta debesos apasionados y prohibidos.Ambrosio, hacia el cual se había vuelto la muchacha ante esta exigencia, no leproporcionó alivio; antes al contrario, con una torva sonrisa provocada por la emociónajena, alentaba a aquél con secretas miradas a seguir adelante con la satisfacción de suplacer y su lujuria.En tales circunstancias adversas toda resistencia sc hacía difícil.Montse Fernández era joven e infinitamente impotente, por comparación. bajo el firme abrazo desu pariente. Llevado al frenesí por el contacto y las ...