1. LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Duro Voyerismo Autor: reininblack, Fuente: xHamster

    ... invitado a pasar a recogerla en dicha ocasión. Después de cierto lapso de inocentecoqueteo por parte de Montse Fernández, ateniéndose a lo que previamente se le habría explicado, ellase retiraría, y bajo el pretexto de que había que tomar algunas precauciones para evitar unposible escándalo, le seria presentada en una habitación idónea, acostada sobre un sofá, enel que quedarían a merced suya sus encantos personales. si bien la cabeza permaneceríaoculta tras una cortina cuidadosamente corrida. De esta manera el señor Delmont ansiosode tener el tierno encuentro, podría arrebatar la codiciada joya que tanto apetecía de suadorable víctima, mientras que ella, ignorante de quién pudiera ser el agresor, nunca podríaacusarlo posteriormente de violación, ni tampoco avergonzarse delante de él.A Delmont tenía que explicársele todo esto, y se daba por seguro su consentimiento.Una sola cosa tenía que ocultársele: el que su propia hija iba a sustituir a Montse Fernández. Esto nodebía saberlo hasta que fuera demasiado tarde. 65 de 107Mientras tanto Julia tendría que ser preparada gradualmente y en secreto sobre lo queiba a ocurrir, sin mencionar, naturalmente, el final catastrófico y la persona que en realidadconsumaría el acto. En este aspecto, el padre Ambrosio se sentía en su elemento, y pormedio de preguntas bien encaminadas y de gran número de explicaciones en elconfesionario, en realidad innecesarias, había ya puesto a la muchacha en antecedentes decosas en las que nunca antes ...
    ... había soñado, todo lo cual Montse Fernández se habría apresurado aexplicar y confirmar.Todos los detalles fueron acordados finalmente en una reunión con junta, y laconsideración del caso despertó por anticipado apetitos tan violentos en ambos hombres,que se dispusieron a celebrar su buena suerte entregándose a la posesión de la linda y jovenMontse Fernández con una pasión nunca alcanzada hasta aquel entonces.La damita, por su parte, tampoco estaba renuente a prestarse a las fantasías, y comoquiera que en aquellos momentos estaba tendida sobre el blando sofá con un endurecidomiembro en cada mano, sus emociones subieron de intensidad, y se mostraba ansiosa deentregarse a los vigorosos brazos que sabía estaban a punto de reclamaría.Como de costumbre, el padre Ambrosio fue el primero. La volteó boca abajo,haciéndola que exhibiera sus rollizas nalgas lo más posible. Permaneció unos momentosextasiado en la contemplación de la deliciosa prospectiva, y de la pequeña y delicadarendija apenas visible debajo de ellas. Su arma, temible y bien aprovisionada de esencia, seenderezó bravamente, amenazando las dos encantadoras entradas del amor.El señor Verbouc, como en otras ocasiones, se aprestaba a ser testigo deldesproporcionado asalto, con el evidente objeto de desempeñar a continuación su papelfavorito.El padre Ambrosio contempló con expresión lasciva los blancos y redondeadospromontorios que tenía enfrente. Las tendencias clericales de su educación lo invitaban a lacomisión de un acto de ...
«12...157158159...198»