LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Duro
Voyerismo
Autor: reininblack, Fuente: xHamster
... nuevo en el señor Delmont.Aquel digno ciudadano, como ya señalé anteriormente, se había retirado a un rincónapartado, quedando al parecer vencido por el sueño, o embriagado por el vino, o tal vez porambas cosas.—Está muy tranquilo —observó Verbouc.—Una conciencia diabólica es mala compañía —observó el padre Ambrosio, con suatención concentrada en el lavado de su oscilante instrumento.—Vamos, amigo, llegó tu turno. He aquí un regalo para ti —siguió diciendoVerbouc, al tiempo que mostraba en todo su esplendor, para darle el adecuado ambiente asus palabras, los encantos más íntimos de la casi insensible Julia—. Levántate ydisfrútalos. ¿Pero, qué ocurre con este hombre? ¡Cielos!, que... ¿qué es esto?Verbouc dio un paso atrás.El padre Ambrosio se inclinó sobre el desdichado Delmont para auscultar su corazón.—Está muerto —dijo tranquilamente.Efectivamente, había fallecido. 92 de 107Capitulo XIILA MUERTE REPENTINA ES UN SUCESO COMUN, especialmente los casos depersonas cuyos antecedentes han hecho suponer la existencia de algún trastorno funcional,de manera que la sorpresa pronto cede su lugar a los habituales testimonios de condolencia,y luego a un estado de resignación a un suceso que nada tiene de extraño.La transición puede expresarse de la siguiente manera:—¿Quién iba a creerlo?—¿Es posible?—Siempre lo sospeché.—¡Pobre amigo!—Nadie debe sorprenderse.Esta interesante fórmula fue debidamente aplicada cuando el infeliz señor Delmontrindió su tributo a la madre tierra, como dice ...
... la frase común.Una quincena después que el infortunado caballero hubo abandonado esta vida, todossus amigos estuvieron acordes en que desde hacia tiempo habían descubierto síntomas quemás tarde o más temprano tenían que resultar fatales. Casi se enorgullecían de superspicacia, aun cuando admitían reverentemente los inescrutables designios de laprovidencia.Por lo que hace a mí, seguía mi vida más o menos como de ordinario, salvo que seme figuró que las piernas de Julia debían tener un saborcillo más picante que las de Montse Fernández,y en consecuencia las sangré regularmente para mi sustento, por la mañana y por la noche.Nada más natural que Julia pasara la mayor parte de su tiempo junto a su queridaamiga Montse Fernández, y que el sensual padre Ambrosio y su protector, el libidinoso pariente de miquerida Montse Fernández, trataran de encontrar el momento oportuno para repetir las anterioresexperiencias con la joven y dócil muchacha.Que asi fue puedo atestiguarlo bien, ya que mis noches fueron de lo másdesagradables e incómodas, siempre expuesta a interrupciones en mi reposo por lasincursiones de largos y peludos miembros por los vericuetos de las ingles en que me habíarefugiado yo temporalmente, y siempre en peligro de yerme arrastrada por loshorriblemente espesos torrentes de viscoso semen a****l.En resumen, la joven e impresionable Julia estaba completamente ahormada, yAmbrosio y su amigo disfrutaban a sus anchas poseyéndola. Ellos habían alcanzado susobjetivos. ¿Qué les ...