1. LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Duro Voyerismo Autor: reininblack, Fuente: xHamster

    ... importaban los sacrificios de ellos?Mientras tanto, otros y muy distintos eran los pensamientos de Montse Fernández, a la que yohabía abandonado. Pero a la larga, sintiéndome hasta cierto punto asqueada por lademasiada frecuencia con que me entregaba a la nueva dieta, resolví abandonar las mediasde la linda Julia, y retornar —revenir a mon mouton, como dicen los franceses— a la dulcey suculenta alimentación de la salaz Montse Fernández.Así lo hice, y voici le resultat:Una noche Montse Fernández se acostó bastante más temprano que de costumbre. El padreAmbrosio estaba ausente por haber sido enviado en misión a una apartada parroquia, y su 93 de 107querido y complaciente tío padecía un fuerte ataque de gota, padecimiento que en losúltimos tiempos lo aquejaba con relativa frecuencia.La muchacha se había ya arreglado el cabello para pasar la noche, y se había tambiéndesprovisto de algunas de sus ropas. Se estaba quitando su camisa de noche, la que teníaque pasar por la cabeza, y en el curso de esta operación inadvertidamente se le cayeron loscalzones, dejando al descubierto, frente al espejo, las hermosas protuberancias y laexquisita suavidad y transparencia de la piel de sus nalgas.Tanta belleza hubiera enardecido a un anacoreta, pero ¡ay! no había en aquelmomento ningún asceta a la vista susceptible de enardecerse. En cuanto a mí, poco faltópara que me quebrara la más larga de mis antenas, y me torciera mi pata derecha en suscontorsiones por extraer la prenda por encima de ...
    ... su cabeza.Llegados a este punto debo explicar que desde que el astuto padre David Brown se habíavisto privado de gozar los encantos de Montse Fernández, renovó el bestial y nada piadoso juramento deque, aunque fuere por sorpresa, se apoderaría de nuevo de la fortaleza que ya una vez habíasido suya. El recuerdo de su felicidad arrancaba lágrimas a sus sensuales ojitos, al tiempoque, por reflejo, se distendía su enorme miembro.David Brown formuló el terrible juramento de que jodería a Montse Fernández en estado natural,según sus propias y brutales palabras, y yo, que no soy más que una pulga, las oí ycomprendí su alcance.La noche era oscura y llovía. Ambrosio estaba ausente y Verbouc enfermo ydesamparado. Era forzoso que Montse Fernández estuviera sola. Todas estas circunstancias las conocíabien David Brown, y obró en consecuencia. Alentado por sus recientes experiencias sobre lageografía de la vecindad, se encaminó directamente a la ventana de la habitación de Montse Fernández,y habiéndola encontrado como esperaba, sin correr el pestillo y. por lo tanto, abierta, entrócon toda tranquilidad y gateó hasta meterse debajo de la cama.Desde este punto de vista David Brown contempló con pulso palpitante la toilette de lahermosa Montse Fernández, hasta el momento en que comenzó a quitarse la camisa en la forma que yahe descrito. Entonces pudo David Brown gozar de la vista de la muchacha en toda suespléndida desnudez, y mugió ahogadamente como un toro.En la posición yacente en que se ...
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