Móviles -8 y final
Fecha: 05/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... de enfocarte a ti, lo va haciendo a los otros coches y a la gente que camina. Diría que hay de todo. Desde alguna indignacion a alguien que, segura, se apuntaría -otro silencio de unos segundos -. Tienes que saber que todos esos sumisos están prestados, me los han dejado para darte un buen repaso. ¿Y a que no sabes quien los ha cedido? -no me atrevo a responder -. Pues todas las Señoras que están mirando cómo te uso y hasta donde estás dispuesto a entregarte a mi. Y están muy, pero que muy sorprendidas. Si te subastase ahora mismo, la puja subiría muchísimo... pero no, te quiero para mi puta perra. ¿Tu tambien quieres que sea así, verdad? -Sí Señora -respondo inmediatamente. -Aunque si lo pienso bien, me han llegado a ofrecer trueques interesantes, incluso varios de ellos por ti. Y no sé qué tienes de especial, la verdad. Quizás me lo piense. Aún estoy a tiempo. Solo tengo que decirle al chofer que te lleve a otro sitio en lugar del previsto y ya tengo un harén de sumisos -pienso en que lo dice para hulillarme, pero en realidad me está inquietando. -Por favor Señora, se lo suplico. No me veo capaz de entregarme a nadie más que no sea a Usted... -Para -me interrumpe -. ¿Solo lo crees? Ve a la otra dirección que te había dado, ya -dice a la "visita que conduce -. -Señora, se lo suplico, no me cambie, permita que le sirva solo a Usted... -Calla, flor. Esas cosas tienes que tenerlas claras. Y no me ha parecido que las tuvieras. Después del día que te estoy dando. Me has ...
... decepcionado. Calla y siente la humillación y vergüenza que deberías sentir por estar como estás y porque todo el mundo te esté viendo en ese paseo que tendría que haber sido triunfal. Y reza porque tu compañera no te haya reconocido ya. Me hace más daño pensar que la he perdido, que soy un torpe, un inútil por haber sido incapaz de decir las cosas bien. Todo lo demás no me importa, solo pertenecerle y ser Suyo, pertenecerle. -Puedo darte a quién yo quiera, regalarte, a cambio de nada. Te guste o no. Así que calla, no quiero oirte. El coche sigue rodando. Tengo un gran pesar que invade cada resquicio de mi ser. Ahora me siento realmente ansioso, perdido. Nada me ha importado. Pero esto me puede. Paran el coche. Se abren las puertas y vuelven a cerrarse. -Estás ahí solo, sin nadie que te haga compañía y, sin embargo, no puedes irte. Pobrecito. -Señora.... -Calla flor, ni una palabra. Estas así por tu culpa. Estás así como una mercancía a punto de ser recogida. Un bulto listo para ser recogido. Así que calla. Se crea un silencio interminable. Hasta que se abren las puertas delanteras y dos nuevas visitas empiezan a cortar las cuerdas. "No te muevas” dice una de ellas. Cuando ya estoy libre de las ataduras, se abren las dos puertas traseras. Permanezco sin moverme. "Siéntate". Lo hago sin hacer esperar, aunque entumecido, con las cuerdas marcadas en manos, pies, rodilla y huevecillos. "Levanta las piernas dobladas y sujetalas con las manos en el pecho", lo hago pensando si será algo que ...