1. Campamento


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    De un golpe le arrebató de la boca su caramelo para empezar a masturbarse fuertemente. El chaval se echó para atrás esperando lo que le venía encima. Fue entonces cuando pude verla: menuda suerte tenía el chaval, era preciosa, gorda y morada. Pero estaba demasiado lejos para apreciarla como toca. Yo tampoco pude más y me empecé a correr contra el matorral. El chaval quedó exhausto, con toda la cara mojada y el pelo manchado del semen de ese tío que, en principio, estaba allí para encargarse de él y cuidarlo esas semanas. Había decidido que este verano tenía que trabajar. No me gustaba mucho la idea, pero no quería permitirme otras vacaciones sin dar el palo al agua, y también quería empezar a tener mis propios ingresos. Quería tener un fondo ahorrado para “gastos personales” durante el año mientras estudiase, y tampoco tenía ganas de tener que estar pidiéndoselo a mis padres continuamente. Así que opté por la opción que parecía estar de moda entre los jóvenes y que pensé que me haría el verano más ameno: ser monitor de tiempo libre en un campus. Y no me equivoqué, me hizo el verano más ameno. Estuve haciendo un curso de preparación durante el año y ya estaba listo para encargarme de un grupo de niños durante el campamento. No sé si por suerte o por desgracia me habían adjudicado un grupo de los niños más pequeños. Supongo que era porque, al fin y al cabo, no puedo imponerme mucho, así que necesitaban una persona más bien responsable que no autoritaria con los pequeñajos. Si ...
    ... me pusiesen con los grandes, lo más seguro es que me comiesen; entre la poca diferencia de edad entre ellos y yo y lo poco que conseguía imponerme sobre otra gente hubiese sido mucho más estresante. Y mi físico de hecho tampoco ayudaba. Con veinte años, metro sesenta y ocho de altura y sesenta kilos poca cosa podía hacer. Ni músculos, más bien pálido, de pelo oscuro corto y ojos azules. Era fácil de ver que no quería meterme en problemas. De haberme tenido que encargar de ese grupo lo más seguro es que se me hubiesen subido a la chepa, puesto que los chavales de dieciséis años ya saben quién puede dominar y a quién pueden someter. Me ponía muy nervioso empezar un trabajo nuevo, pero empezar fue mejor de lo que pensaba. No tuve necesidad de no estar tranquilo. El trabajo sería fácil. El campamento era en una zona boscosa, cerca de un pueblo de la zona. No estaba lejos del mar, ni de la montaña, ni del pueblo, por lo que, a pesar de ser un campamento, tampoco suponía una desconexión total con el resto del mundo. Los chavales que tenía a mi cargo eran fáciles de manejar. No dejaban de ser críos, así que los problemas no iban más allá de llantos, limpiarlos, cambiarlos y poco más. Además Ana, compañera de trabajo, ayudaba bastante en este sentido, por lo que los dolores de cabeza no vendrían de aquí. De hecho, los dolores de cabeza me venían de otro sitio. Ricardo. Cómo estaba. Ya desde el primer momento, este otro monitor me traía de cabeza. Le había puesto la vista encima desde ...
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