Elena, mi profesora del colegio (II)
Fecha: 10/03/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Confesiones
Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos
Después de lo sucedido en mi casa, con Elena seguimos en frecuente contacto. Ya transcurrido más de un mes de aquello, mi calentura por ella, alimentada por las imágenes grabadas en mi mente, empezaron a ponerme loco. Quería poseerla nuevamente. Solo me atajaba el hecho de pensar que por ser impaciente podría arruinar eso que con tanto golpe de suerte conseguí. Entre mensajes y mensajes, por fin Elena me dijo para vernos nuevamente, mi paciencia había tenido resultado. Se acercaba un feriado, por ende ella no trabajaría ese día. Me propuso vernos en su departamento. Lo cual me vino como anillo al dedo, ya que en mi casa iba a ser medio imposible, por la presencia de mi madre y de mi hermana. Pero llegado el caso haría las artimañas necesarias para concretar lo que había esperado tanto. El día acordado para verla fue un miércoles, a las 5 de la tarde. Con ansias, esperé a que pasaran los días y las horas. Ya no aguantaba más el deseo de disfrutar su cuerpo entero. Tenerla solo para mí. Mi cabeza dio vueltas todos esos días anteriores. Así llego el bendito miércoles, a la hora indicada le pedí a Elena que me mandara la dirección de su departamento, una vez la obtuve, me subí a mi moto y fui. Cuando llegue al lugar, pude verla, me estaba esperando en la vereda. Hacía bastante calor, ella tenía puesto un vestido largo, muy apretado, blanco con rayas negras, de esos que usan las mujeres en verano, que supongo deben ser muy frescos y marcan muy bien la figura. Sobre todo las ...
... caderas y la cola; en fin, se la veía espectacular con ese vestido puesto. Yo estaba en bermuda y remera, adaptándome al calor que como dije, era mucho. Bajé de la moto, me quité el casco y nos saludamos normalmente, como dos amigos, no queríamos que nadie nos viera comiéndonos la boca en la vereda. Llavee la moto y subimos a su departamento. Una vez adentro me dio un beso apasionado. -¡Me hiciste esperar mucho!- Dijo. Retándome por el tiempo que había transcurrido para que nos viéramos de vuelta. Yo solo me reí. No iba a decirle que no quería parecer un pendejo “cargoso”. Y que si fuese por mi calentura, nos hubiéramos visto más seguido. Me tomó de la mano y me llevo hacia el pequeño living que tiene su departamento. Mientras me sentaba en un sillón, Elena ofreció traerme un jugo de naranja para tomar, lo cual acepte, nos venía bien para aplacar un poco el calor, hasta que el fresco del aire acondicionado calmara la temperatura de nuestros cuerpos o por lo menos bajara un poco. Se sentó al lado mío y comenzamos a charlar un rato. En un momento se levantó para ir al baño, sin disimular gire la cabeza para verla completa de atrás, pude ver como las costuras de su tanga se marcaban en el vestido. Estaba mucho mejor formada, me había contado por mensajes que había arrancado con dieta y entrenamiento más intenso. Sin dudas sus esfuerzos se notaban, yo, encantado con esa figura. Iba a tener sexo con una excelente madurita. Cuando volvió del baño, la atrape agarrándola de la mano, ...