1. Historia del chip 023 - Cortas vacaciones - Irma 006


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Grandes Relatos, Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus orejas y los ecos atravesaban toda la parte superior de los pechos. Era potestad suya aliviar el suplicio acariciando la piel desnuda y deslumbrante de Irma. Pero nunca llegaría a comprender del todo las percepciones internas de su amante semidesnuda del asiento de al lado. Entre otras razones, porque no era lesbiana. Lena la había escogido por eso. Y era el momento de realizar el último pago. Galatea había estado obteniendo los orgasmos gratuitos de un hombre, -proporcionado por Lena-, pero la siguiente fase estaba a punto de iniciarse. Resultaba un sueño para la mujer. Iba a poder costearse todos los tratamientos para ser una supermodelo e ingresar en una escuela. Además de confiar plenamente en Lena y en su capacidad de conseguir cosas imposibles, era leal a su forma de ser. No estaba segura de la enfermedad de Irma o la supuesta falta de curación, pero su veta sádica, -casi inevitable en cualquier ser humano-, se saciaba al agujerear los lóbulos de Irma. Se decidió por darle un respiro a su víctima. Disfrutó tocándola, sobre todo porque su propia piel sería mucho más seductora en unos meses. Había que reconocer que el cuerpo de Irma se había ido transformando literalmente ante sus ojos. Y el moldeado de la mente había ido a la par. Comprobó que las campanillas seguían en su sitio e incapaz de no agitar una, habló. —Irma, te agradezco tu esfuerzo por acomodarte a mis requerimientos. Ven aquí. Irma no tuvo más remedio que dejarse caer hacia la derecha. Su seno ...
    ... izquierdo quedó todavía más al descubierto y desde el pasillo o desde los asientos del otro lado se contemplaría sin demasiados problemas. El brazo de su amante volvió a rodear los hombros desnudos, de forma protectora. Casi sin darse cuenta, los dedos acariciaron el lóbulo izquierdo de Irma, sin dejar de alborotar las campanillas colgantes de ese lado. Evitó un suspiro y dejó de pensar en el seno al descubierto para concentrarse en los dedos salvadores. El dolor se apagaba y el ardor retornaba. —Hace un año ¿verdad? — preguntó de manera casual sin dejar de jugar con la oreja izquierda. Irma no sabía a qué se refería. Luego cayó en la cuenta. Un año desde el primer piercing. Era tan importante para Galatea. Tardó demasiado en responder. —Sí, hace un año. Perdona por no haber caído en la cuenta. Estaba distraída. Un error así podía costar tres meses de nalgas doloridas. Para hacerse perdonar, la besó. Ya hacía tiempo que su inhibición sobre esos detalles se había acabado. Miss Iron la había obligado a ello. Besa cuando lo desees. Hoy en día es aceptable entre mujeres. Así que Irma se lanzó dispuesta a hacerse perdonar usando los labios disponibles. Inevitablemente al girarse el seno izquierdo se mostró completamente... para ser tapado por la mano derecha de Galatea. Irma esperaba que no resultase evidente que el objetivo de la mano era su pecho desnudo, aunque no podía hacer nada por evitarlo ni conocer la respuesta con los ojos cerrados automáticamente. Debía levantar los brazos de ...