Soy la puta de mi yerno africano
Fecha: 26/03/2019,
Categorías:
Incesto
Dominación
Autor: karinanatilla, Fuente: CuentoRelatos
... tumbó encima de mí para hacer más profunda la penetración, yo le rodeé con mis piernas y mis manos se perdían en su ancha espalda y en su duro culo, creo que estuvimos por lo menos tres cuartos de hora follando, sudando, gritando, deseándonos hasta que él empezó a bufar y a hacer verdaderos esfuerzos para no correrse. -No te corras dentro de mí por favor. -Claro que me voy a correr en tu coñito, quien te has creído que eres, si eres tú la que has decidido follar conmigo, ahora carga con las consecuencias, putita. Su lenguaje soez y grosero sólo lograban calentarme más, tuve un último orgasmo antes de que él me embistiera con violencia incrustando su rabo en lo más profundo de mi coño y se corriera echando cinco, seis o que se yo chorros de semen que me llenaron por completo y acabaron saliendo y empapando todas las sábanas. Estaba rendida por esa tremenda sesión de sexo, con el cuerpo dolorido por el aparato de ese semental. Él no se daba por vencido, de hecho su miembro seguía bien erecto y brillante por mis jugos. Mientras tomaba aire vi como agarraba dos almohadas, me levantaba y me las ponía en la tripa. -¿Qué vas a hacer? -Ya te dije que yo no me doy por vencido fácilmente, has venido en busca de sexo y lo vas a recibir, con todas sus consecuencias, ¿te ha partido el culo el cornudo de tu esposo? Casi me da un ataque de pánico al comprender que quería penetrar mi virgen culito, pero mi calentura era mayor y me tenía a sus pies. -No, nuca me ha dado por culo, pero para ...
... todo hay una primera vez. -Igualita que su hija, igualita. Llevó sus gruesos labios a mi ano y comenzó a comérmelo suavemente y moviendo muy diestramente su larga lengua, yo nunca había probado eso pero me encantó, era una zona muy sensible de mi cuerpo y me hizo correrme en pocos segundos. -Ya estás lista putona, ahora viene lo mejor de la noche, ramera. Noté algo duro intentándose abrir paso en mi culo, que a pesar de estar algo dilatado por el beso negro no podía engullir lo que se le venía encima. Parecía que no acababa nunca, no paraba de entrar nunca y el dolor se hizo tan insoportable que quise zafarme, aunque él me sujetó bien fuerte. -Quieta yegua, quieta. Notaba como mi culo ardía cada vez que uno de sus 25 cm. de polla entraba en él, sudaba y tuve que morder las sábanas para no dar un alarido de dolor. Por fin clavó todo su miembro dentro de mí y lo pude sentir en su totalidad. Entonces comenzó con el mete-saca a un ritmo endiablado, mi sensación inicial de desgarro se fue transformando en una de placer, un placer diferente y nuevo para mí que me hizo correrme enseguida, él se apoyó en mi espalda y me besaba la boca con lujuria mientras me sodomizaba y me susurraba frases soeces al oído. Yo estaba a punto de mandarlo todo a la mierda y aullar de placer aunque despertara a mi marido, a mi hija y a las criadas con tal de expresar el placer y los orgasmos que me provocaba mi yerno. Logré contenerme al contrario que Severo que bufaba y no se cortaba nada, fue después de ...