Vacaciones con mi cuñada
Fecha: 02/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... trabajo. Yo me ofrecí a acompañarlos, pero no me dejaron, me dijeron que no hacía falta, que solo iban a estar fuera una noche y que no merecía la pena. Allí me iba a quedar yo, a solas con mi cuñada, sin que nadie me molestara en mi trabajo de voyeur, y así lo hice. Subimos mi cuñada y yo de la playa, nos jugamos a los chinos quien se duchaba primero y ganó ella. Me pegué a la puerta y escuché el abrir y cerrar de los grifos, el rodar del agua por su piel. Tenía que hacerlo, así que me olvidé de los miedos y me dirigí al otro lado del baño, donde estaba la ventana, casi temblando la dejé entre abierta, todavía no podía verla, pero la oía, estaba detrás de un pequeño tabique de separación en la taza del baño. Al poco tiempo salió, mala suerte, ya se había vestido. Me asusté, ya que ella miró directamente a la ventana, me aparté apresuradamente, y a los pocos minutos salió del baño, estaba preciosa, con unos pantalones negros y una camiseta granate por encima del ombligo, de manga corta, con un dibujo en blanco. Entré en la ducha y me lamentaba de no haber ido un par de minutos antes a la ventana, para haber podido verla totalmente desnuda, quizá había perdido una de mis últimas oportunidades. Cuando me estaba secando después de ducharme advertí que había alguien tras la ventana, mirando, sí, era mi cuñada, y estaba observándome, no lo pude evitar y mi erección, al imaginar a mi cuñada viéndome desnudo, fue descomunal. Salí y le pregunté directamente: -¿Por qué me mirabas? ...
... -¿Qué? –me respondió- -Que por qué me mirabas mientras estaba en el baño. -Quizá porque tú no has dejado de mirarme todos estos días. -¿Te has dado cuenta? -Pues claro, era muy evidente. -Es que estas muy buena cuñadita. –le respondí- -Tu también estas muy bien –me dijo- La abracé, y ella se abrazó a mí como si fuera el único pilar que sustentara el mundo, nos besamos apasionadamente, era dulce, sus labios carnosos saciarían el hambre de cualquiera, su lengua se movía hábilmente dentro de mi boca y la mía hacía lo mismo con la suya. Nos fuimos a la habitación de mis suegros, le quité la camiseta y sus pezones parecían querer escaparse de aquel sujetador granate, tocaba su duro y precioso culo con ansiedad, sin quitarle el pantalón, pude notar que llevaba tanga, estaba impaciente por ver aquella prenda así que le saqué los pantalones y en efecto, no me había equivocado, llevaba un tanga liso del mismo color granate que el sujetador, ella ya se había quitado el sostén, así que la imagen que tenía ante mí, era espectacular, que tetas, redondas, con el pezón levemente apuntando hacia arriba, unos pezones duros y oscuros, de un tamaño perfecto en aquellas grandes tetas, le quité la tanga y pude ver de cerca aquel coñito depilado que ya había adivinado otras veces desde más lejos en la playa, acerqué mi cara a sus labios vaginales y empezó a retorcerse de placer, de repente se agarró a mi miembro y empezó a chuparlo con habilidad, a los pocos minutos me corrí en su boca, se lo tragó ...