1. Todo fue idea suya


    Fecha: 03/04/2019, Categorías: Anal Voyerismo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... negar —dijo Don Raúl, y bebió un trago de vino.Yo me quedé de a seis.—Lo que quiere decir mi amadísimo esposo —dijo Elvira abrazando a su marido—, es que nosotros somos un matrimonio muy abierto, y él, que me ama tanto, está dispuesto a que esta noche tú me satisfagas. Y créeme, debes tomarlo como un privilegio —dijo, por su parte, Elvira.Pues a quien le dan oro y se hace el remolón. Poco después, y con permiso del marido, ya me besaba frente a él con su propia esposa. Elvira se deleitaba al ser “cortejada” por otro hombre frente a su esposo, podía sentirlo.Cruel fantasía para un cónyuge, me pareció a mí, pero en fin, ¿quién soy yo para juzgar? Sé que hay esposos cornudos que gozan de ello.Nos cachondeamos suave pero rico.—Mi esposo me ha contado sobre tus habilidades —me dijo al oído en un susurro, mientras nos dábamos gusto.Me fue inevitable ver a mi jefe de reojo. Él no parecía haber escuchado ese último comentario.Sin embargo, ahora que sabía que mi jefazo estaba al tanto de mis aventuras con las empleadas de su factoría y que me las pasaba de buen modo, me sentí un tanto incómodo estando ahí, frente a él, haciéndole eso. Como que me dio pena por él. Además necesitaba de mayor privacidad para poder dar rienda suelta a mis instintos, así que le sugerí a la Señora; igualmente en un susurro; el retirarnos de ahí.Por cortesía, supongo, ella le dijo al marido que iríamos a por algo para picar.Así dejamos a Don Raúl en el jardín, bebiendo, y nos metimos.Elvira, me llevó a la ...
    ... cocina, en donde me sentí más a mis anchas. Le metí mano, con total deseo, por encima y por debajo de aquel impecable vestido blanco. Mientras le besaba su pecho, le descubrí un muslo. La Señora estaba bien firme, pude notarlo. Cuidaba bien de su cuerpo.A la vez que yo le hurgaba la humedecida raja, ella llevó su mano hasta mi paquete. Se adueñó de él como si fuera suyo.Condenada mujer, se veía de buena cuna, de esas que de inicio parecen estiradas pero que, en realidad, se dejan llevar por sus ansias carnales, sin temor al qué dirán.El faje, ya así, en intimidad, fue gozoso y delicioso. Me deleitó su entrega y su bien formado trasero. Su piel me pareció de lo más suave y satinada.La desnudé y, como si se tratara de un placentero banquete que estuviera por degustar calientito, la coloqué sobre el brasero. Ahí saboreé su carne toda. Su sabor... su olor, era totalmente grato. La mujer más fina que hasta ese momento había probado.Su cuerpo ya brillaba por el sudor cuando me dio tremendo mamón endiablado.Me lo mamó como una mujer necesitada de hombre y, créanme, yo sé reconocer eso. Supe en ese momento que su marido no debía... seguramente no podía saciarla. Lo más probable era que Don Raúl no tenía capacidad, vamos, él debía ser un total impotente en cuanto al sexo. Debía de mantener alguna clase de acuerdo con su Señora a quien le permitía buscar satisfacción con otros hombres.La Señora era notablemente fogosa. Toda una hembra que tenía que ser saciada. Al meter mano a su raja ...
«1234...»