Todo fue idea suya
Fecha: 03/04/2019,
Categorías:
Anal
Voyerismo
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... nuevamente, noté cómo le ardía. Como un pequeño volcán amenazante, echaba una caliente lava que me dejó batidos los dedos.Elvira suspiraba y respiraba agitada y profundamente. Mi toqueteo la enardecía cada vez más. Metiéndole dos dedos de lleno sentí su fuego interno el cual, seguramente, la consumía por dentro. Ella necesitaba mi manguera para calmar su incendio.—¿Ya me quieres dentro? —le pregunté.—No, aún no —dijo ella.Parecía que no quería despegarse de mi sexo aún. Elvira siguió mamándome el pito.En medio de tal acción advertí la llegada de su marido. Don Raúl entró a la cocina. Traté de hacerme el disimulado, como si no lo hubiera notado. Seguí con lo nuestro.«Tal vez quiere verme penetrando a su esposa para por fin excitarse», pensé.En aquel momento, mientras mi falo era tragado con tan férrea voluntad, reflexioné:«Será que mi Patrón sea uno de esos tradicionales cornudos que gozan nomás viendo a su mujer siendo empalada por otro hombre, o será que es un enfaldado; uno de esos hombres tan obedientes a su mujer que hacen todo lo que ella les dice. Sí, quizás de ella proviene su riqueza... claro, las fábricas deben ser de ella y él sólo las administra. El hombre debe estar dispuesto a complacer los caprichos de su esposa con tal de seguir al mando del negocio; aún si se tratan de caprichos sexuales con otros hombres».Yo seguí con lo mío como si él no estuviera allí. Las manos de Elvira se agarraban de mis nalgas como zarpas a su presa, cuando de pronto... ¡...ZAS! Que ...
... el muy cabrón de mi patrón se va sobre mi verga. Me la tomó del fuste con una mano. Así parada, y con la punta aún siendo sorbida por la boca de su esposa.Nomás sentir su mano, me fue inevitable reaccionar apartándome violentamente.—Tranquilo Alberto —me dijo Elvira—. Raúl sólo quiere unírsenos al juego.En ese instante, como un golpe de agua fría, la realidad cayó sobre mí dejándome helado.Raúl, mi jefe, era en realidad homosexual. Según me contó su propia esposa, ellos habían descubierto eso desde hacía años, lo que les trajo conflictos, claro; aunque lograron salvar su matrimonio al llegar a un acuerdo. No romperían su relación, pues a ambos les convenía, y en cambio se darían la libertad de gozar del sexo cada quien a su manera.No era raro, por tanto, que Elvira gozara de una que otra aventura con algún amante esporádico, sin prohibición ni reproche de Raúl, así como ella misma no le ponía negativas en su... bueno, en sus particulares preferencias. El caso era que, desde hacía poco más de un mes, la pareja se había embarcado en una nueva aventura.Eso ocurrió una ocasión en la que la Señora de la casa contrató a un humilde pero atractivo plomero.Como no era raro en ella, Elvira decidió ir sobre el tipo. Coqueteó con el atractivo y joven macho mexicano. Aquél, siendo un digno representante de su estirpe, no quiso fallarle a la dama, así que pese a la diferencia de clase y de edades (él apenas tenía la mitad de edad de la Señora) pues...—¡Así Juan... así! ¡Anda ya! Anda, ya ...