1. Todo fue idea suya


    Fecha: 03/04/2019, Categorías: Anal Voyerismo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... destápame de una vez por todas ese “caño” que para eso te pago —le decía a voz en grito Elvira al buen mozo.El joven entendió. Sacó su miembro de la jugosa vagina y se le dejó ir por el estrecho anillo cerrado. El plomero se me metió, estando la dama frente a él en posición “perruna”. Aquel varonil trabajador se la dejaba ir por el recto, es decir, cumplía justo con su labor: destapar caños, pese a estar repletos de... jmmm... bueno, ya me comprenden.Y su intención bien podría ser dejar totalmente limpio aquel tubo, pues lo pulía y lo pulía con empeño propio de su oficio.En fin, la mujer gozaba cumpliendo una morbosa fantasía cuando, sin ella saberlo, llegó Raúl. Como ellos estaban en la sala, de cara a la piscina y el jardín, no lo notaron.Raúl, es decir mi patrón, quedó pasmado. Nunca había estado en presencia de... es decir, cada quien respetaba la privacidad del otro en cuanto a sus encuentros.Según palabras de él mismo: “...algo me pasó. No sé cómo explicarlo pero lo cierto es que tuve una erección de inmediato. Una como pocas. No sé si me la provocaba él, o ella, pero supe que aquello no me lo debía perder por nada del mundo”.Así que mi jefe no abandonó la casa, como hubiese sido lo propio según el acuerdo que tenía con su mujer, sino que a hurtadillas rodeo a la pareja saliendo hacia el jardín para, desde ahí, tener una mejor perspectiva. Desde detrás de unas plantas continuó siendo testigo de lo que ocurría a unos pocos metros de él, aquella cópula entre el ...
    ... fontanero y su señora esposa.Elvira, por su parte, me dijo que en cierto momento pudo notar un particular movimiento entre algunas matas de su jardín y, después de un rato de duro ayuntamiento por parte de su efímero amante, entendió todo, así que dijo:—Juan, ¿puedes ver cómo se mueven esas hojas de allá?—¿Qué? ¿Cuáles...? Ahhh... Sí —le contestó aquel amante improvisado pensando, probablemente, que se trataba de unas ramas movidas por el viento.—Pues quiero que tomes su mismo compás.—¿Cómo? —preguntó intrigado, pero sin dejar de entrar y salir de su desagüe.—Sí, que me sigas follando pero al ritmo del vaivén de aquellas palmas.El joven que no era tonto, sólo un tanto inculto, logró empalmar sus movimientos a los producidos por Don Raúl quien se masturbaba al verlos provocando el meneo de aquellas hojas tras las que se ocultaba.Cuando aquel joven moreno húbose vaciado en el hueco anal de la Señora, su patrona (no sin haberla abofeteado de sus más hermosos cachetes), aquella no dejó de reconocerle su dedicado trabajo.—Mmmm... sí que me destapaste el drenaje, mira nomas —dijo, e hizo ademán de mirarse a sí misma el trasero, aunque no pudo—,lo siento bien abierto. Hasta puedo sentir el airecillo colándose por allí.El cabrón suertudo se largó, no sólo con la satisfacción de haber penetrado a la Señora, sino que también con un buen billete en el bolsillo, pues Elvira no dejó de pagarle por su oficio.—¡Ya, sal de ahí! —gritó a su marido, y éste emergió de su escondite.Ambos se miraron sin ...