Emilio (El rufián - 2ª parte y regreso a San José)
Fecha: 04/04/2019,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... cansado. Emilio, no dijo ni si, ni no, pero Daní entró a por una toalla y salió dispuesto a dárselo. - ¡Anda, ven!, ¡túmbate boca abajo! (indicándole la toalla que había colocado en una de las tumbonas, que tenían cerca). Pero, oyeron la voz de LuisMi, pidiéndoles que se acercaran a la mesita para iniciar un brindis... Santiago, ya había empezado con las cigalas, y tuvo que limpiarse las manos, para coger la copa que le ofrecía Pepe. - ¡POR NOSOTROS!, dijo LuisMi… - ¡¡POR NOSOTROS!! al unísono… Pepe, que se había sentado en un cómodo sillón de mimbre, lo acercó a la mesita y empezó a prepararse un buey de mar, con el oporto sobrante de la primera botella, y Dani y Emilio volvieron a la barandilla, llevándose un plato de pescaitos y otra copita de oporto. Luego, el capi entró a por el aceite con aloe vera, que siempre llevaba en su bolso, y regresó con Emilio. - ¿Cuál quieres?, ¿el de mango, o el de piña? Había cogido un par de zumos del frigo. - ¡Prefiero el mango!… Terminó con la copa de oporto y dejó la botellita de zumo en el suelo. Se dejó caer en la tumbona y esperó las manos de Dani, colocándose lo más cómodamente que pudo… Santiago, estaba muy cansado, y por eso, se colocó de espaldas a ellos, cogiendo una tumbona para tumbarse y descansar mirando al cielo. - Hoy las estrellas no son tantas (pensó) Sin embargo, tanto Pepe como LuisMi, tenían marcha de sobra, y aprovechaban el descanso para ponerse ciegos… Ya era la 01:00; y esos chicos no habían subido. A Pepe, ...
... el rubiales le había impresionado tremendamente. Con esa cara de golfillo y ese cuerpazo… y ese culito tan aparente, que parecía insinuarse cuando lo movía, al andar, le tenía en el bote. Se lo comentó a LuisMi, que le entendió enseguida, y le dijo… - ¡Tranqui, cuñáo!, que esa va ser la guinda de este pastel. A mí también me ha puesto muy burro ese mocoso con cara de jefe. Mientras, al fondo, junto a la barandilla, Dani aprovechaba cada movimiento de sus manos y presionaba sobre ciertos músculos, para conseguir que Emilio se relajara... No podía evitar el deseo de poseerlo. Y por eso, a veces, inconscientemente, se le iban las manos bajo la tela... Giró la cabeza, para ver que hacían Pepe y LuisMi; y los vio comer mariscos, sin reparar en ellos lo más mínimo. Seguramente desde allí no se les veía, pensó acertadamente... Y entonces se acercó a Emilio y le dijo al oído… - ¡Voy a quitarte esto! ¿Vale? … y esperó un ratito para ver como reaccionaba. - ¡Bueno!, ¿a qué esperas?, dijo Emilio, girando la cabeza y mirándole… No se había dormido… - ¡Qué bien!, pensó Dani… y suspiró. Le quitó el pantaloncito, poco a poco, y acercó la nariz... respiró profundamente... y disfrutó de su aroma, una y otra vez... y luego, le dijo: - ¡Qué bien hueles!, nene. Me gustaría comerte, poquito a poco… Y separándole las nalgas, le abrió el culo, para empezar a pasarle la lengua con mucho mimo... - ¡Ahy!… ¡joder!, que bien lo haces, cabrón… ¡ahy!... - ¡Que rico estás!... ¡cómo me gustas!... Y así, ...