1. "Un viaje inesperado"


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Hetero Autor: elhermosofelipe, Fuente: RelatosEróticos

    Era una calurosa mañana de julio cuando salía de casa dispuesto a afrontar otra rutinaria jornada de trabajo en la empresa más aburrida de la calle más aburrida del barrio más aburrido de mi ciudad, Madrid. Era un día completamente normal excepto por el hecho de haber tenido uno de esos sueños inconfesables a cualquiera, uno de esos sueños que todos y todas tenemos y que harían enrojecer al director de películas subidas de tono más experimentado. Salí de casa y en 10 minutos me había plantado en el metro. Entré como de costumbre, completamente inmerso en mi mundo, sin fijarme en esos pequeños detalles que nos rodean y que a veces hacen la vida más interesante. Pues bien, ese �detalle� tenía sandalias rojas de esas que se ciñen al pie dejando juguetear unos deditos cuyas uñas estaban pintadas también de un rojo vivo, rojo pasión, rojo despiertas todos mis sentidos como nunca nadie lo había hecho antes. Sus piernas eran firmes y con claros signos de haber sido bañadas por los rayos del sol, que incapaces de resistirse a esa belleza inciden sobre su piel sedosa tostándola y dan como resultado una tonalidad de esas envidiadas por la inmensa mayoría de la gente. Sus caderas y cintura poseían esa belleza innata de quien tiene la fortuna de heredar la genética de la mismísima diosa Afrodita. Una blusa poco ajustada y semitransparente cubría sin mucho éxito la parte superior de su cuerpo, que poseía dos pechos que sólo han podido ser hechos en algún lugar �gourmet� del diseño del ...
    ... cuerpo femenino, más concretamente en la sección de pechos de belleza y forma despampanantes. Me senté a leer un libro justo en frente de ella. Mentiría descaradamente si dijera que no hubo intencionalidad en aquello, pero se puede justificar porque no todos los días uno puede estar vislumbrando una estampa tan sumamente sensual como aquella. Ella se estaba pintando los labios mientras yo trataba de concentrarme en vano en mi lectura. Recorría suavemente, con una delicadeza pocas veces vista, las sutiles y contorneadas curvas de sus labios que hacían mis delicias y las de la mitad del vagón del metro. En ese mismo momento pensé que podría haber tenido un millón de orgasmos solo viéndole pintarse los labios. A solo una parada de bajarme del vagón me levanté y como de costumbre, esperé mirando hacia la ventana que posee un reflejo por el cual puedes ver sutilmente todo lo que hace la gente que tienes detrás de ti, con la ventaja del anonimato, ya que yo no podía ser visto por ellos. Cuál fue mi sorpresa cuando sin que ella se diera cuenta miré el reflejo de la ventana y la pillé observando descaradamente mi trasero, comiéndoselo literalmente con la mirada. No podía creerlo, pero allí estaba ella, pintándose esos labios perfectamente contorneados de forma que haría calentarse a cualquiera con dos ojos en la cara y mirándome sin disimulo el ceñido pantalón vaquero que me marcaba las formas masculinas propias de un hombre adulto en buena forma. Así acabó la mañana, yo salí del metro ...
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