"Un viaje inesperado"
Fecha: 06/04/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: elhermosofelipe, Fuente: RelatosEróticos
... pensando que el viaje sensual que acababa de experimentar había acabado allí, pero como casi siempre en la vida, el final de algo anuncia el comienzo de otro camino, camino que me llevaría hasta los confines más inescrutables del placer. A la mañana siguiente me levante aún pensando en lo que me había pasado el día anterior. Se puede pensar objetivamente que no había sido para tanto, pero se convirtió en uno de esos pequeños pensamientos muy profundos que van creciendo alimentados por las endorfinas que provoca tenerlos constantemente ocupando la parte más sexual de nuestra mente. Entré en el vagón y para mi decepción no estaba, una parada, dos paradas, yo había perdido toda esperanza, pero cuando el tren llegaba a la tercera parada la vi. Era bella como el sol, no se la podía mirar directamente pero no hacía falta mirarla para verla. Su belleza deslumbraba todo el andén. Cuando entró tren me reconoció al instante, lo note en sus profundos ojos azules que se clavaban en mi cabeza y que producían una inyección química bajo mi pantalón. Se me quedó mirando y como de costumbre la examiné de arriba abajo con mucha menos sutileza que el día anterior, ella se dio cuenta y para mi sorpresa se sentó justo delante de mí. Al yo permanecer de pie me ofreció una impresionante vista de sus pechos cubiertos por la mínima expresión de una camisa que los apretaba, mientras luchaban por salirse de la camisa deseosos de que alguien les hiciera caso. Fue entonces cuando tomé la mejor decisión ...
... de mi vida. Dejé pasar mi parada y esperé hasta que ella se levantó y se puso en frente de la puerta dispuesto a salir. El metro estaba a rebosar y con la excusa me puse justo detrás de ella. La imagen que acababa de ver hacía escasos minutos de sus senos se tradujo en una erección que traté de cubrir poniéndome directamente detrás de ella, pero tan cerca me coloqué que en uno de esos frenazos propios del metro, hubo un minúsculo roce de la terminación más angulosa de mi entrepierna con sus nalgas. Ella hizo como que no se enteraba pero noté como acercó su trasero a mi sexo hasta quedar prácticamente en contacto, rozándose frecuentemente por los vaivenes del recorrido. Salió del metro y la seguí a una distancia prudencial, la suficiente como para que ella se diera cuenta. Nunca había seguido a nadie en mi vida pero esa persecución estaba despertando mis instintos animales más profundos. Entonces ocurrió. -¿Qué clase de hombre sigue a una mujercita indefensa como yo? Yo, luchando con la timidez que me caracteriza, la contesté, -Pues un hombre que ha sido abducido por el contoneo de caderas más cadencioso y atractivo de la chica a la que pienso regalar el placer más impresionante que haya obtenido en su vida. Ella, sin esperarse la contestación, se quedó sin habla y su torso tornó a un rojo intenso, que hacía juego con sus labios carmesí. Noté esa mirada de sorpresa, que se convirtió en deseo a las pocas décimas de segundo y me dijo: -¿Me enseñarías a usar eso que tenías detrás ...