El mecánico y su colega
Fecha: 08/04/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Todos los días los veía en frente de mi ventana. Eran dos, uno delgado, mecánico de profesión y otro más gordo, y aparentemente bastante oso. El mecánico arreglaba coches en la calle, por lo que a medio día se juntaba con el oso para charlar antes de ir a comer. Yo ya tenía fijada la hora y les dedicaba unas buenas pajas a su salud. A la vuelta de este verano, mientras que me manoseaba la polla, les oí una conversación. El oso le contaba mecánico, cómo estaban las tías en la playa. Le contó que seguía a alguna mientras paseaba por la playa y le hacía de todo con la mente. El resto de la conversación se puede imaginar, la típica de dos machitos fanfarrones que no se la creen ni ellos. La pasada semana volvía a casa y vi de lejos al mecánico tirado en el suelo arreglando un coche. Según me acercaba le miré el bulto que asomaba debajo del mono azul. Sin darme cuenta tropecé con la caja de herramientas y me caí al suelo. El estrépito hizo salir al mecánico. Primero me ayudó a levantarme del suelo y después se puso a recoger las herramientas desperdigadas por el suelo. Yo estaba cortado y me agaché para ayudarle. Me disculpé varias veces sin que el mecánico me respondiese. Una de las veces que nos agachamos le miré y vi que el mono estaba desabrochado hasta el ombligo. No había vello alguno, pero los músculos estaban bien marcados. Le miré a la cara y vi que me estaba observando. Evidentemente se había dado cuenta de que le estaba mirando el torso. En medio de mi vergüenza, el ...
... mecánico me dijo que si lo sentía tanto, que le ayudase a bajar las herramientas al sótano donde las guardaba. Cogí una de las cajas de herramientas y le seguí. Fuimos al portal de al lado y bajamos las escaleras. Abrió la puesta del sótano y entramos en una habitación muy grande llena de cajas. Primero puso la caja que llevaba encima de una mesa. Me dijo que yo colocase la mía encima de un armario. No soy bajo, pero no llegaba bien para ponerla. El mecánico me vio que no podía y se acercó por detrás mí. Con sus manos empujó la caja para ponerla bien, pero no solo puso sus manos, sino también acercó mucho su cuerpo al mío, demasiado como para que no fuese adrede. La caja ya estaba bien puesta, pero el mecánico no se separaba de mí. Yo estaba bastante nervioso, pero no me moví. Empecé a notar una mayor presión en mi culo. Yo no sabía qué hacer, pero el mecánico sí. Me agarró por los hombros y rozó más fuertemente mi culo con su paquete. El bulto estaba bastante duro, algo contagioso porque mi polla comenzaba a endurecerse. Se separó y oí el ruido de la cremallera. Me volvió a coger de los hombros, pero esta vez me dio media vuelta y me obligó a bajarme. El mecánico sin decir palabra empujó más fuertemente para que me colocase de rodillas. No puse resistencia y me puse de rodillas. No fue sorpresa lo que me encontré, cuando oí la cremallera se había sacado la verga fuera. No estaba nada mal, 18 cm de carne y un grosor bastante interesante. El glande rosado lo tenía casi en mi ...