1. El mecánico y su colega


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nariz, el olor era intenso, pero no desagradable. Le pasé mi lengua y comencé a lamer aquel fresón, todo para mí. No sé las veces que había soñado con esto mientras me pajeaba en mi ventana, pero esta vez era realidad. El mecánico me empujó la cabeza y me metí el miembro de golpe. El glande me tocaba el fondo del paladar, pero el mecánico, marcando el ritmo, no me dejaba ni respirar. Dejé de notar sus manos en mi cabeza y aproveche para agarrar el tronco de la polla con mis manos. Vi que el mono se caía hasta el suelo. Desde luego, el mecánico había decidido pasar un buen rato. Entre chupada y chupada, yo le terminé de bajar el mono y el calzoncillo hasta el suelo. Aparte de esa magnífica polla, quería el resto del cuerpo, por lo que poco a poco fui subiendo con mi lengua por el ombligo. Tenía los abdominales marcados, el mecánico no puso resistencia por lo que subí hasta uno de sus pectorales. Tenía unos pezones grandes y sonrosados. Puse bastante empeño en recorrer todo su torso con la lengua. El olor a macho se desprendía por todo su cuerpo. El mecánico me llevó hasta una mesa grande y empezó a quitar las cajas que había allí. Mientras que él las quitaba, yo me quité la ropa. Terminó de quitar todo y me agarró por la polla para que me sentase en la mesa. Así lo hice y él se agachó para atraparme la verga con la boca. Era un animal, se la tragó de golpe y si no disminuía el ritmo me iba a correr enseguida. Le cogí la cabeza y le fui parando poco a poco. El mecánico se dio ...
    ... cuenta y me alzó un poco las piernas para poder lamer mis huevos y mi raja. Su boca trabajaba de maravilla. Se metía mis huevos y con su legua ensalivaba mi ano. Metía la legua con ayuda de un dedo. Notaba esa masa húmeda en mi interior, investigando hasta donde podía llegar. El placer era intenso y yo deseaba más. Le pedí que me penetrase con sus 18 cm de polla. Me ensalivó bien y puso su glande en la entrada de mi esfínter. Se fue introduciendo poco a poco hasta que noté su vientre pegado a mi culo. Con ritmo pausado su verga se deslizaba en mi interior. El mecánico empezó a bombear más fuerte y el calor empezó a correr por mi interior. Pero en plena follada oímos una voz –"Dale, dale bien"- giré la cabeza como pude y vi en la puerta al colega, el oso. - "venía a buscarte para comer, pero prefiero que me la coman"- el mecánico había parado, pero con la reacción del oso, empezó de nuevo. Oí como el oso se bajaba la cremallera y me colocaba encima de la cara la polla flácida. La situación se ponía cada vez mejor. Me metí uno de los huevos del oso en la boca, mientras que con la mano acariciaba su polla. Le lamí la base de sus testículos y empecé a notar la polla más dura. Decidí que esa verga debía crecer más rápido y dándome media vuelta me puse a cuatro patas en el suelo. Continué ofreciendo mi culo al mecánico y mi boca se puso a disposición del oso, que se había quitado la ropa y me dejaba ver su cuerpo. Tenía bastante barriga, cubierta de pelos al igual que su pecho. Me ...