La llegada del diablo
Fecha: 15/04/2019,
Categorías:
Incesto
No Consentido
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... chusmear y ver la novela de la tarde. Además no le temía a los hombres, al contrario, desde hace años que sabía utilizarlos para alcanzar sus objetivos, aunque claro, ella también era utilizada. Don Pedro apareció, atravesando una cortina. Y entonces tanto la voluntad de Bety, como los de su hija Magui quedaron sometidas a la presencia ordinaria del almacenero. Bety pensó que si la esperanza estuviese personificada, sin lugar a dudas don Pedro sería el receptáculo del significado de esa palabra en toda su amplitud. Si hasta hace unos instantes predominaba en su cabeza la desesperanza y la resignación, ahora estaba convencida de que el mundo estaba lleno de cosas que estaban al alcance de sus manos. Ya no le parecía que era muy mayor para empezar una carrera, y estaba segura de que podría armar una empresa y ser mucho más exitosa que todos esos jefes a los que les mama las vergas cada tanto, para que no se olviden de lo útil que es. Magui, por su parte, quedó petrificada ante la visión de aquel hombre canoso. El sentimiento que la invadió era equivalente al de las quinceañeras cuando conocen a la estrella de pop de la cual son fanáticas. Un sentimiento de euforia se apoderó de ambas. Magui deseaba poseer a aquel hombre que le generaba esa fascinación que sólo recordaba sentir cuando Ricky Martin cantaba y bailaba en el escenario. Mientras que Bety había llegado a una conclusión similar a la que llegó Marta diez días antes, y es que estaba segura de que todos aquellos ...
... logros que deseaba alcanzar, sólo los conseguiría de la mano de aquel hombre que le contagiaba el sentimiento cálido de la esperanza. ¿Y cómo iba a hacer para que don Pedro la acepte y la acompañe por el camino del éxito?, sólo había una manera, haciéndolo feliz, cumpliendo todas sus fantasías. Don Pedro levantó la tabla para dejarlas pasar y madre e hija entraron en fila india a las fauces del diablo. Les abrió la puerta del mismo cuarto a donde había entrado Marta antes de morir. Don Pedro se recostó sobre la cama, mientras Magui y Bety lo miraban, expectantes, paradas al costado. Pedro estiró la mano, como llamándolas. Ambas se subieron a la cama y se acercaron a él gateando. Bety le bajó el cierre del pantalón, pero fue Magui la que le bajó el calzoncillo y descubrió el pene erecto. Se lo llevó a la boca, mientras su madre le masajeaba las bolas. Magui saboreaba el líquido preseminal a la vez que degustaba el falo carnoso. Un impulso extraño se apoderó de Bety, y mientras su hija peteaba con hambre a don Pedro, puso su mano en las piernas de Magui. El contacto con la piel de su hija le pareció lo más delicioso que haya sentido. ¿Cómo no lo había hecho antes?, se preguntaba, mientras deslizaba la mano más adentro, pasando por debajo de la falda floreada. Cada centímetro que avanzaba era más rico aun, y cuando llegó a la parte más voluptuosa, es decir, cuando su mano se posó en el bello culo de su hija, su boca se hizo agua, y su bombacha se mojó por los flujos que ya estaban ...