Ricas, ricas vacaciones
Fecha: 15/04/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sentarnos a comer. El resto de la quincena transcurrió por los mismos derroteros que la noche anterior. Sonia y Nando por un lado, y nosotros cuatro por otro, dedicándonos en cuerpo y alma a disfrutar de las vacaciones, de nuestros cuerpos y del sexo y follando como descosidos. Esa misma noche Lorena me aplicó una monumental mamada en su cama, antes de zurrarle el coño a base de bien, mientras Carlitos y Julia follaban como descosidos en la otra cama. Así transcurrieron el resto de las vacaciones, entregándonos al sexo como locos, y probando cada día algún nuevo juego. Una tarde que Julia y Lorena habían estado solas en la playa, regresaron con un muchachito que apenas podía creerse lo que le estaba pasando. Carlos y yo nos divertimos observando cómo el pobre muchacho se afanaba, sin mucho éxito en dar gusto a aquellas dos hembras. Finalmente Carlos acabó follándose a Lorena, mientras yo arrancaba las entrañas de Julia, dándole por culo delante del atónito y excitado muchacho, que al menos se fue con la dicha de haber recibido una mamada a dúo de aquellos dos monumentos. Otra noche, Carlos y yo nos ligamos a un par de francesitas bastante guarras. La noche acabó en una monumental bacanal, en la que Carlos se pegó un glorioso homenaje con una de las guiris mientras que yo me zumbaba a la otra, cubriendo los tres agujeritos de la otra, uno tras otro. Julia y Lorena se mantuvieron al margen, aunque terminaron por unirse a la fiesta. Carlos se folló a Julia en una tumbona ...
... sobre el césped, y yo me beneficié a Lorena dentro de la piscina, al tiempo que las dos francesas se comían los coños mutuamente. El día antes de regresar a Madrid merece ser contado con mayor detalle. El día anterior habíamos salido de excursión a Terra Mítica, por lo que regresamos a casa bastante cansados. La noche había transcurrido con relativa calma, y después de una partida de parchís nos habíamos retirado a dormir. Las chicas se retiraron a su cuarto y nosotros al nuestro, así que la noche se sucedió sin jarana. El silencio de la noche sólo se había roto durante un rato con los gemidos que surgían de la habitación de Fernando y Sonia, aunque pronto regresó la calma, por lo que pasamos una noche tranquila, durmiendo todos sosegadamente. Al despertar, nos encontramos con que Fernando había amanecido con un fortísimo dolor de cabeza, fiebre y sudores fríos. Le llevamos al centro de salud, donde le aconsejaron guardar dieta durante todo el día, permanecer en la cama y tomar analgésicos. Julia, Carlos y yo nos fuimos a la playa, dejando a Lorena acompañando a su amiga, que quiso quedarse en casa para atender a su novio enfermo. A mediodía regresamos a casa os de la avanzadilla de la playa, y nos encontramos que Lorena y Sonia tenían ya puesta la mesa, y nos habían preparado una suculenta comida a base de pescaditos fritos. El pobre Fernando se tuvo que conformar con algo de pescado hervido con patatas y cebolla cocidas. Después de comer, yo me bajé al garaje con intención de ...