1. Ricas, ricas vacaciones


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cómo Carlos bailaba animadamente con Julia, que colgada de su cuello, apretaba las tetas contra el pecho de mi amigo, al tiempo que este, aferrando con fuerza su cintura apretaba su cadera contra la de ella. La faldita de Julia estaba ya tan alta que comenzaba a mostrar el consistente trasero de su dueña, ocasión que no dejó pasar un pequeño grupo de adolescentes para ponerse tibios a mirar. Supongo que esa noche se matarían a pajas a costa de mi amiga. Por otro lado, Sonia y Nando se habían retirado a un rincón, en el que se estaban comiendo a besos mientras que Sonia sobaba con afán el paquete de mi amigo, que a su vez se dedicaba a trabajar el culo de su novia por debajo de la falda. Los magreos se prolongaron durante un rato más, hasta que terminó la pieza que sonaba, momento en el que Lorena me pidió que fuésemos a la barra a pedir una copa. No tardaron en unirse a nosotros Carlos y Julia, que venían sedientos tras la paliza a bailar que se habían pegado. Nos quedamos en la barra, charlando y riendo de los chistes de Lorena, que fue animándose ante nuestros ánimos hasta comenzar a contar chiste subiditos de tono, que dejaban entrever lo ardiente que debía ser aquélla preciosa mujer metida en acción. Se incorporaron a nosotros Nando y Sonia, que tras una copa nos dijeron que ellos se iban a casa a dormir, porque ya era tarde y estaban cansados. Para entonces eran ya cerca de las cuatro de la madrugada, así que se retiraron. Nosotros decidimos quedarnos un rato más, ya ...
    ... que la noche estaba muy animada y calurosa, y no nos apetecía irnos todavía. Permanecimos en el garito durante una hora más, bebiendo, charlando, riendo y bailando. Julia, que me había estado calentando a base de bien desde sus caricias bajo la mesa durante la cena, me dijo que no hiciese caso a lo que había pasado durante la cena, que estaba un poco chispada y que le había parecido divertido provocarme un poco, pero que no pensase que teníamos nada que hacer entre nosotros. No comprendí aquella justificación, porque mientras sus palabras me decían que no, sus ojos y su cuerpo me estaban diciendo continuamente que sí. Finalmente decidimos regresar a casa. Julia se sentó en el coche a mi lado, no sin antes subirse la falda y ahuecarse la camisa, en clara actitud provocadora. Durante el trayecto, pude sentir varias veces la tibia carne de sus piernas, que se situaban provocadoramente cerca de la palanca de cambios cada vez que cambiaba de marcha. Por el retrovisor pude observar cómo Lorena, que se había acurrucado sobre el asiento, apoyaba su cabeza en el regazo de Carlos, que cariñosamente le acariciaba el pelo. Cuando llegamos, fue Julia la primera que nos hizo darnos cuenta de la situación. Desde el jardín, y a través del amplio ventanal que daba al baño de la suite, pudimos observar cómo Sonia, arrodillada sobre Nando, subía y bajaba encima de este. La caliente escena se apreciaba perfectamente, pues las luces del baño estaban encendidas mientras Nando y Sonia follaban como ...
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