El sueño del trío en el tren
Fecha: 30/10/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues
... accesible a lo que él quisiera hacerme. Sentí que recorría mi tanga y la apartaba con sus dedos de mi sexo, que ya estaba lubricado por aquel rozamiento previo. Escuché una risa burlona por lo bajo y comencé a sentir sus dedos en mis labios vaginales. Yo brinqué asustada porque no lo esperaba, pero no lo aparté. A pesar de su aspecto tosco y sucio, se comportaba como un verdadero galán. Mientras me manoseaba me temblaban las manos y me era difícil agarrarme del tubo del tren, y de vez en cuando giraba a verlo. Más que nada porque la situación iba poniéndose más excitante y me daba miedo que alguien nos viera. Sin embargo, nadie nos notaba, cada persona iba inmersa en su propio estrés. Sólo había un muchacho sentado que nos observaba y se rozaba el pantalón cada vez que veía que yo me mordía los labios. Era mucho más guapo que el gordo, y el ver que se excitaba cuando veía que me manoseaban me ruborizaba, y también quería que se uniera a la fiesta. Pasábamos varias estaciones del tren y la gente no bajaba, pensé que quizás era porque iban a bajar hasta la estación final. Ahí estábamos nosotros, él seguía manoseándome y sentía que mis jugos fluían y caían sobre la alfombra del tren. Mi cara estaba ardiendo, y al mirarme frente a la ventana estaba haciendo caras de placer. De repente dejó sus dedos quietos, y me puse nerviosa. ¿Quizás ya nos habían visto? Pero no, lo que había hecho fue acomodar su verga para rozarla contra mis labios ya humedecidos. Sentía que su pelvis se ...
... frotaba contra mi espalda y mis nalgas, y que enterraba su miembro caliente entre mis labios. Se sentía tan rico que comencé a gemir y el chico que nos observaba se había abierto el cierre y se había empezado a masturbar. Lo miré por reacción y el chico me hacía caras obscenas. Eso me hizo calentar aún más. Mis brazos no aguantaron y me dejé caer contra el vidrio, aplastando mis tetas contra la ventana. Al hacer esto paré el culo más y sentí que su verga me rozaba con más fuerza y rapidez, haciendo surgir en mi esa sensación tan deliciosa del placer. Estaba inmersa en esa sensación en mi coño y él me tomó por detrás de los hombros y me levantó la blusa bruscamente, exponiendo mis tetas cubiertas con el sostén negro. Comenzó a reír de una manera más morbosa y pasaba su lengua en mi cuello, podía sentir su sudor potente cayendo sobre mis hombros, y me decía al oído que siempre me había querido coger, que había esperado el momento de hacerlo. Conforme me decía esas cosas me calentaba más y más y tomó mis tetas y comenzó a jugar con ellas. Las sacó del sostén y apretaba los pezones mientras rozaba su pene en mis labios mojados. Sentía cómo su miembro iba creciendo y poniéndose más gordo. Las estaciones pasaban y la gente no bajaba, sólo se iban acomodando, sin tomarnos importancia. Me giré a buscar al chico que se masturbaba y no lo encontré, y cuando miré de nueva cuenta a la ventana, ahí estaba, prendido en mis tetas, chupándolas con alegría. Era una sensación tan excitante el ...