Striptease a mi tía Laura
Fecha: 03/05/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Enseñar tus partes a tu tía, puede ser extraño, pero a la vez, excitante. En las vacaciones de verano del año de 1995, tenía 17 años recién cumplidos, y en aquel tiempo solía practicar mucho fútbol. Tenía buen físico, con músculos marcados, y quizá no era tan guapo del rostro, pero mi altura y mi aspecto corporal me ayudaba. Aquel verano mis padres me mandaron de vacaciones a casa de mi tía, quien vivía en Iguala Guerrero. Querían que la ayudase con ciertas cosas, ya que su hijo acababa de irse a Canadá junto con su esposo a trabajar, y sus problemas económicos irían disminuyendo con eso. Así que me mandaron a mi, quien era su único sobrino, ya que mi mamá solo me tenía a mi y eran su única hermana. Tras un viaje corto, de Guadalajara a Iguala ella me recibió muy cordialmente, tenía varios meses sin verla y me dio un abrazo efusivo. Ella es flaca sin llegar a ser extremadamente delgada, un termino medio, conservaba un buen cuerpo, sus pechos no lucían mucho, pero tenían buen tamaño, a día de hoy sigue usando ese tipo de blusas abiertas, escotadas y sin manga, la de aquella ocasión era roja, en sus hombros caía su cabellera, un pelo castaño que cubría su cara y que siempre tenía que acomodar con sus 2 manos, apartándolo a sus costados, su rostro era bonito, tenía hermosos ojos café, y sus cachetes llenos la hacían ver muy guapa, aun a sus 43 años. 5 años menor que mi madre. Tenía un pantalón de mezclilla, tenía un culo bonito, redondo, bien conservado por el tiempo, y sus ...
... rutinas de caminata hacían su efecto. Sus caderas eran espectaculares, fue lo que más disfruté de ella, eran un par de curvas increíbles y que se veían mejor en faldas que usaba para fiestas y reuniones. Su nombre era Laura. Llegamos a su casa, una casa pequeñísima, con muebles algo viejos, al igual que los electrodomésticos, que contrastaban con una pared azul que decoraba el ambiente de la sala, donde estaban los sillones blancos ya amarillentos. *Hijo, quieres de cenar? debes de estar hambriento.-Dice con su dulce tono de voz. *Sí, en el camino solo comí un sandwich, y estaba feo. Ella sirvió un plato de comida caliente, la suficiente para llenarme. Fui a mi cuarto, el cual anteriormente era de mi primo. Este quedaba al lado del baño, que a su vez estaba enfrente del suyo, la casa era muy chica. La noche se pasó velozmente, hasta llegada la mañana y así pasaron varios días, en los que fui platicando con mi tía, cosas normales, la acompañaba a comprar lo de la comida, lavaba trastes, barría y trapeaba la casa, compré cosas del mandado, mientras ella por las tardes estaba tranquila yo jugaba con una 'Gameboy'. Una mañana, decidí tomar una ducha, era temprano aun que no sabía la hora, no había rastro de mi tía Laura. Había un problema, no tenía ropa limpia, pero ese problema llego a mi mente tarde ya que ya estaba dentro de la ducha. En aquella ocación, al no estar mi tía, hice lo que usualmente hacía en la comodidad de mi hogar, ya que tenía baño en mi propio cuarto; me desnudé ...