Striptease a mi tía Laura - Relatos Eróticos

Striptease a mi tía Laura

... que huele delicioso, las bajo más, al llegar a sus rodillas, veo de mejor manera su vagina, humeda y rosa, ella me ve a los ojos, con una respiración veloz. Tiro las bragas y abro sus piernas con delicadeza. Mi lengua se mete en ese sabroso arbusto, y lamo su clitoris, sus espasmos le vuelven loco, ella con su mano izquierda toma mi nuca y la aprieta contra ella, yo chupo desenfrenadamente y muerdo de forma delicada. Llega el momento de que introduzca mi medida sobre si medida, me levanto y apachurro lentamente con mi pene su vagina, semiabierta por mi lengua, mi glande se introduce y se abre más aun, entro y siento unas hermosas paredes carnosas, que me aprietan y me mojan, meto saco meto saco meto saco, comeinzo a bombear desenfrenadamente y ella suelta gemidos y suspiros que chocan contra mi piel y la estremecen. *a...sí!-Suspira con placer. Lo mejor llega al pararme y voltearla, me da su culo y de perrito empujo y con mis manos aprieto sus deliciosas caderas. *Nun...ca me imagin...e esto!-Dice gimiendo. *Yo sí. *Es la primer...a v...e...z que... me ponen... de perri..t...ooooo.-Suelta un grito y jadea desenfrenada. Saco mi pene y me sobo contra ano, me masturbo y termino en su espalda. Ella cae fulminada boca abajo, con el semen bajando por sus nalgas, y yo me recuesto de ...

... lado de ella y duermo. Al despertar desnudo, ella no esta ahí, inspecciono la casa y no esta, ya es de día, los rayos entran por la ventana de la puerta del patio. Yo, decido tomar una ducha, entro y el agua fria cae sobre mi cuerpo, me lavo mis partes y al instante oigo la puerta de la casa, es ella, mi tía, se dirige al baño y se queda apoyada en el filo de la puerta, viendome duchar, enfocandose en mi manguera, yo estoy con jabon, pero logro verla, así que la ignoro. Mi tía Laura se queda perpleja, ha de pensar orgullosa "Esa vergota mo comí ayer" Después me entere que ella tenía un apetito sexual del demonio, su esposo no la satisfacía, así que me toco hacerlo por un mes, en todos lados, en su cuarto, en el mío, en el baño, en el lavadero, en la cocina, en la sala, incluso, una mañana, salimos a correr un martes, el parque estaba vacio, y me masturbo en una banquita, mi semen quedo regado por todo su brazo, en la casa me masturbo mientras lavaba, paseabamos desnudos, parecía una fantasía demasiado buena para ser real. La ultima semana fue la mejor, tuvimos un día entero en la cama, me dejo seco, tragaba mi semen, manchaba las sabanas, manchaba la mesa, la cocina, el lavabo, la ropa limpia. Terminé fulminado, al igual que mi pene. Solo espero regresar las proximas vacaciones.