Cris
Fecha: 06/05/2019,
Categorías:
Primera Vez
Autor: spanishguy1966, Fuente: xHamster
... porque le había prometido hacerlo allí por lo menos una vez. No me lo dijo, pero por el modo que la miró adiviné que en ese momento estaba pensando lo mismo que yo. Finalmente, abrí la puerta del dormitorio en el que había hecho unos “arreglitos”: había juntado las camas en un rincón dejando al lado la mesilla sobre la que había colocado un par de velas bajas encerradas en unos tarritos de cristal y que despedían un olor a canela. Había, asimismo, otra media docena de idénticas velitas desperdigadas por el suelo. Otra vez los ojazos de Cristina se abrieron de par en par cuando vieron tan extravagante montaje; luego me miró enviándome un mensaje cuyo significado capté a la primera y que hizo que una repentina oleada de calor recorriese mi cuerpo para acabar con-centrándose en mi entrepierna. A modo de respuesta le guiñé un ojo y, cogiéndole la mano, le llevé de vuelta a la cocina; no quería parecer tan directo con ella por mucho que en ese mismo momento desease abalanzarme sobre ella, tumbarla en la cama y... Una vez en la cocina le ofrecí una cerveza y nos sentamos en el sofá. Estuvimos hablando mientras bebíamos y fumábamos; Cris se hizo un porrito con una pequeña chinita que contribuyó a relajarnos y al mismo tiempo a dar un poco de chispa a la conversación que ya derivaba inevitablemente al tema del sexo: lo que nos gustaba y lo que no, lo que no habíamos probado aún... cuando terminamos las cervezas, me levanté a por otras; al volver le pregunté si quería que las ...
... tomásemos en la habitación a la luz de las velas. Un poco nerviosa me contestó que le parecía perfecto. A continuación, cada uno con su cerveza y agarrados de la mano nos dirigimos al dormitorio.Al entrar, Cristina se dirigió a la mesilla para dejar el vaso y yo me situé detrás de ella para hacer lo mismo. A la vez que dejaba el vaso, la abracé desde atrás y le besé suavemente en el cuello, lo cual sobresaltó ligeramente a mi amiga, aunque enseguida se tranquilizó. Sus manos se posaron sobre las mías mientras recorrían su cintura y sus caderas, al mismo tiempo que mis labios exploraban su cuello lentamente con besos cortos y suaves. Aquello parecía gustarle, pues echaba la cabeza hacia atrás y otras veces hacia delante como queriendo esquivar o entregarse al mismo tiempo a las sensaciones que le producían mis besos. En ese momento sólo se escuchaba el sonido de estos y los suspiros que dejaba escapar Cristina. Mis manos, junto con las suyas, seguían recorriendo sus caderas y los laterales de su trasero que oscilaba restregándose contra mí, como intentando palpar mi entrepierna que rápidamente había engordado y endurecido debido en parte a ese roce. Poco a poco mi boca y mi lengua fueron desplazándose por su cuello hacia arriba hasta llegar a sus orejas, que mordisqueé y exploré mientras mis manos ascendían desde sus caderas hasta sus pechos levantándolos para poder observar mejor desde atrás su volumen. Entretanto, Cristina, que suspiraba ý gemía cada vez más profundamente, asía mis ...