1. Así empezó todo (III entrega).


    Fecha: 11/05/2019, Categorías: Gays Autor: cokcrin, Fuente: SexoSinTabues

    ... uniforme, al pasar por bajo de la cama de José, como estaba mojado por las babas, recogió todo el polvo y salí lleno de manchurrones. Al levantarme me encontré que Raúl seguía en la habitación se había sentado en la silla del ordenador. Intenté recoger mis cosas para marcharme, cuando Raúl le dice a su hermano: - no irás a dejarlo marchar así a su casa, después que se ha esforzado por encontrarte el boli. Y José le contesta: - me sabe mal que se haya ensuciado, pero no querrás que le lave la ropa? Raúl, sonriendo, le contesta: -No, de eso se encargarán en su casa, pero puedes dejarle un uniforme tuyo y ese sucio, cuando llegue a su casa, lo ponga en el cesto de la ropa a lavar. Yo intenté excusarme, no me gustaba como se iba tejiendo esa situación, pero Raúl no dio su brazo a torcer, mandó a su hermano por un uniforme limpio y dirigiéndose a mí me dice: - tú, “pelao” ves quitándote ese uniforme. Qué dirán tus padres al verte llegar así, sabiendo que estabas en nuestra casa. Visto de ese punto de vista tenía su razón y me quité el polo dejando mi torso desnudo. Tal como estaba sentado en la silla de ordenador, me hizo una seña para que me acercara, cuando estuve delante de él, separó sus piernas lentamente y con su dedo me señaló un sitio entre ellas, mis ojos quedan a la altura de los suyos, viéndolo así de cerca me di cuenta que era más guapo que lo en principio había pensado, pero sobre todo tenía una mirada que te hacia bajar los ojos. Se incorporó un poco en su silla y ...
    ... llevando sus manos al cierre de mi pantalón, lo abrió y me los bajó hasta los tobillos. Sin levantar la voz me dice muy serio: - “pelao” ¿qué parte de ves quitándote el uniforme no has entendido? No me gusta repetir las cosas, en esta casa acostumbramos a los pequeños a obedecer lo que mandan los mayores. Y dándome un giro de 90 grados presionó con su mano en mi espalda haciéndome bajar el torso hasta que mi pecho encontró su pierna izquierda, entonces sentí su mano izquierda en mi nuca, como inmovilizándome y lo siguiente fue notar la primera nalgada que me daba con su derecha, con la palma abierta. Fueron varias nalgadas, paró un momento para decirme que esa corrección se la agradecería siempre y luego siguió dándome unas cuantas nalgadas más. La verdad es que daba duro, no para lastimarme pero si lo suficientemente fuerte para que notara como mi culito se iba calentando con los golpes, aunque lo verdaderamente doloroso fue la humillación que sentí al recibir ese correctivo de un extraño, ya que era la primera vez que veía a Raúl. Como era natural comencé a lloriquear, entonces Raúl estirándome de la oreja me puso derecho entre sus piernas y me dijo mirándome a los ojos y sin alzar la voz: - no quiero oír ni un murmullo, sino vas a probar mi mano izquierda y créeme si te digo que lo de hace un instante te van a parecer caricias. Me trague mi llanto y mis mocos como pude y cuando José entró en la habitación con el uniforme no se enteró de nada. El uniforme que me trajo me ...
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