Chantaje (IV): Un paso a lo prohibido
Fecha: 11/05/2019,
Categorías:
Incesto
Hetero
Autor: TKBDDOS, Fuente: CuentoRelatos
... hasta el cierre de su pantalón y le saqué su verga y me quité mi diminuta tanga, así su verga empezó a tener contacto con mi concha inundada, la sensación era mejor que la gloria, que me importaba ir al infierno por eso, si ya tenía algo mejor, estaba dispuesta a pasar la eternidad en el infierno a cambio de sentir toda la verga de mi hermano hasta el fondo de mí. Mi hermano me seguía besando apasionadamente, me llenaba de su baba por toda la cara, empezó a desbrochar mi camisa con gran habilidad, hasta que me dejó únicamente en mi sostén negro de encaje, metió sus manos en mis enormes pechos, subió el sostén hasta mi cuello y ahí tenía a mi hermano prendido de mis pechos, era una sensación suprema, sentir como su lengua recorría mis pezones y me daba unos ligeros mordisqueos, con una mano recorría mis pechos y con la otra me hacía círculos en el clítoris con gran maestría, mis gemidos pasaron de ser callados, hasta casi convertirse en gritos de placer desbordados, afortunadamente la música estaba bastante fuerte y el chofer creía que estaba cantando. Creo que la calentura se posesiono de mi al grado de decirle a Toño: —métemela ya, quiero sentirte dentro. —Pero Valery, ¿estás segura bebe?, yo pensé que solo querías esto... —NO, por favor, quiero ser tuya, quiero ser la mujer de mi hermano. ¡Te amo! Sí que estaba loca, ni sabía lo que decía, más bien mi excitación me hacía decir puras incoherencias. Y antes de que él dijera nada, tomé su enorme polla húmeda con mis jugos y ...
... con su leche y la coloque en la entrada de la vagina y justo cuando me iba a dar el sentón el chofer freno de golpe, saliendo volada pegándome contra el respaldo del asiento de enfrente. Prendió las luces para ver que no estuviéramos lastimados, como pude me incorpore y desde el asiento le dijimos que estábamos bien, después de unos segundos nos acomodamos la ropa y me volví a sentar a su lado para continuar el viaje. Cuando llegamos a la ciudad bajamos del autobús siendo amantes, besándonos, hasta el taxista que nos llevó a casa creyó que estábamos recién casados, pero no lo que ansiábamos era llegar a casa para disfrutar del placer carnal prohibido aunque era un decir pues en realidad éramos invitados y había testigos, cuando toque el interfono una voz desconocida me atendió en seguida pregunte por mi tío y sin esperar más abrieron la puerta vaya sorpresa solo unos familiares, mis tíos, mis padres, mis hermanos Juan Carlos y Jesús y unos que otras personas que a decir no sabía que parentesco tenían, lo cierto es que cuando mi primo recién casado me vio entrar le impacto tanto mi belleza que desde que llegamos no quitaba la mirada de mis piernas y mi culito, cosa que empezó a incomodarme, las miradas no se hicieron esperar por los invitados que aún se encontraban, enseguida mi tío nos llevó a nuestra habitación, aunque nuestro equipaje lo dejamos abajo, así que como ellos aun atendían a sus invitados, por lo que volvimos a bajar por nuestras maletas en si nuestras habitaciones ...