Mi profesor me convirtió en su esclava (Capítulo II)
Fecha: 14/05/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos
... hacia adelante y las tetas aplastadas contra la superficie de la mesa, viendo hacia el espejo. Allí vi mi reflejo, la verdad me sorprendió mucho mi apariencia. Siempre he sido una chica bastante coqueta, pero lo que veía era una puta callejera del tres al cuarto, con el rímel corrido por la cara con mis lágrimas. No podía creer que hubiera permitido a un bastardo como Martin convertirme en algo así, y obviamente menos podía creer que esa imagen… me excitara. Mientras debatía mis dudas porno-existenciales en mi mente, Martín me abrió las nalgas y me escupió el culo, esparciendo el escupitajo en mi agujero anal con dos dedos. Allí deje de pensar en todo, me asusté mucho, sabía por dónde iban sus intenciones. –Martin…por favor… -le dije. ¡PAF! Una buena nalgada me azoto, haciéndome pegar un brinco. -¡Silencio! –fue lo único que me dijo, con una voz bastante autoritaria y fuerte, que me hizo estremecer y callar. Aun así, me coloco de nuevo el gag ball, y continuó masajeando mi culo con sus dedos. Metió uno y me vio por medio del espejo. Yo lo veía suplicante a través del mismo, haciéndole señal de negación con la cabeza. Saco su dedo de mi culo y poso la punta de su glande en mi agujero anal. Moví las caderas por reflejo hacia adelante para alejarlo de su miembro, pero recibí otra fuerte nalgada –¡Quédate quieta perra! Esto pasara tarde o temprano, será mejor ahorita y con tu colaboración. –me dijo, y sin miramiento alguno me atravesó el ano con suma potencia. Quede privada del ...
... dolor, con la mandíbula casi desencajada de tanto que la abrí. Los ojos me rotaron en las cuencas y quedaron blancos. Unos diez segundos dejo pasar Martin con su verga adentro de mi culo, para luego sacarlo y seguidamente volverme a empalar. Y yo, puta al fin, tuve un brutal orgasmo que hizo temblar mi cuerpo desde la punta de las uñas de mis pies hasta la punta de mi más largo cabello. Que masoquista era, que perra, que golfa. Martin inicio un mete y saca algo lento mientras incontrolables gemidos salían de mi boca aunque ahogados por el gag ball. No pasó mucho para que me llegara otro orgasmo y luego otro, y otro… perdí la cuenta. Veía mi rostro en el espejo, con sumo desprecio y asco, con mi cuerpo moviéndose al compás que marcaban las embestidas de Martin. Mi rostro con la boca abierta por la bola de la mordaza, dibujando cierta sonrisa, mi mirada denotando placer infinito aunque con lágrimas cayendo por mis pómulos… ¿Qué me pasaba? Pase a mirar la laptop. Veía mi culo empalado por esa máquina de carne y músculos, entrando y saliendo una y otra vez sin importarle mi dolor y sufrimiento. Esperen. ¿Cuál dolor y sufrimiento? ¡Si estaba hecha agua con todo este trato! Ok, si me dolía, era la primera vez que me daban por el culo, pero ese dolor me excitaba sobremanera. Ahí quedo confirmado: soy masoquista. Martin me continuó rompiendo el culo, haciéndome sentir que me partía en dos, hasta que en un momento dado se corrió en mi culo, apretándome fuertemente las nalgas con sus ...