1. De sueños y brujas


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Era una noche cerrada de invierno. Las nubes descargaban con ganas. Yo estaba mirando al camino por la ventana del piso de arriba de mi casa, una de tantas casas de piedra de aquella aldea que estaba a un kilómetro escaso de un pequeño pueblo. Ella, con un vestido negro y un chaquetón con capucha pasaba por el camino bajo el palo de la luz. Después de oírse un ruido atronador, un rayo cayó a su lado. Su cuerpo empapado emitía la luz de millones de diminutos rayos. Los murciélagos dejaron la bombilla del palo de la luz y volaron a su alrededor. -¡Dios mío! ¡¡Cenizas van a quedar de ella!! -dije al verla iluminada en medio de un charco de agua. Quedé asombrado al ver que no le había pasado nada. La muchacha me miró. Su piel era negra y sus ojos metían miedo. Me asusté. ¿Sería la muerte? ¿Sería un alma en pena que iba en busca de la Santa Compaña? Luego vi pasar detrás de ella a un jorobado, vestido de negro, tirando de un gran arcón, y ya no supe que pensar. A la mañana siguiente, estaba sentado a la mesa, en la cocina de mi casa, delante de una humeante taza de caldo, cuando llamaron a la puerta. Mi abuela, que estaba lavando unos platos en el fregadero, me dijo: -Vete a mirar quien es. Fui a mirar quien era y vi a la chica de la noche anterior. No era tan negra como me pareciera de noche. Era mulata. Tenía los ojos negros, grandes cono faroles. Tenía un cuerpazo, aunque en ese momento solo me fijé en sus enormes tetas. La muchacha, me preguntó: -Es esta la casa de los ...
    ... Merlos. -Es. -Soy Aitana, la hija de Secundino. Mi abuela, que la estaba oyendo, se fue a la puerta, le dio dos besos, y la mandó pasar. Al rato supe que su padre la metiera en un barco en Cuba porque era anti castrista y peligraba su vida, y que mi abuela, que también era su abuela, en secreto, le había comprado una casa vieja. Dando cuenta del caldo, cosa que desayunaría después Aitana. Me hice dos preguntas. La primera fue: ¿Cómo coño sobrevivió al rayo? La segunda: ¿Cómo coño supo en plena noche cual era la casa que le comprara mi abuela? Por la tarde venía Aitana de comprar de la tienda. Vestía un vestido negro que hacía juego con su cabello corto rizado y sus grandes ojos negros. Sus gruesos labios los llevaba pintados de un rojo chillón, y en las orejas llevaba dos grandes aros de plata. Al verme, me dijo: -¿Vienes a merendar conmigo? Llevo galletas de coco, chocolate, membrillo... Es por no merendar sola. -Me gusta el chocolate. No me lo preguntó, afirmó: -Y te gusto yo. Le respondí: -¿A quién le amarga un dulce? Fuimos a su casa y me extrañó no ver al jorobado. No le pregunté por él, pero, como si leyera mi mente, acariciando a un gato negro que tenía a sus pies, y mientras yo bebía un trago de un licor que había traído de Cuba, me dijo: -Es él. -¿Se llama él? -Es el jorobado que viste anoche. -Ya, y tú eres una bruja. -Tan cierto como que estás enamorado de mí y me deseas como a nada en este mundo. Vas a ser mi perro guardián. ¿Verdad que sí? No sé cómo ni cómo no, pero ...
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