Intenciones ¿cambiantes o eternas? (Capítulo 1)
Fecha: 20/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Nexus, Fuente: CuentoRelatos
... suficientemente preparado, así que no tuvo mayor problema al introducir la cabeza de su pene. - ¡Vamos gomelo, hora de actuar como hombre! Estas fueron las palabras claves para ensartarlo hasta las bolas. Ahora era el efebo quien saciaba sus deseos de que su pene disfrutara en un sitio cálido y acogedor, el culo de quien minutos antes era quien lo ensartaba. A este curioso personaje le gustaba ese contraste: no soportaba estar sin un culo a su disposición, pero tampoco aguantaba mucho sin estar ensartado con todas las de la ley. El sexo era tan solo su refugio y su perdición. Al cabo de un tiempo con sus embestidas su pene le daba aquella sensación que le avisaba de lo inevitable: 3 enormes cantidades de leche con el que preñó a su amigo salieron de su pene mientras gemía por lo alto en esa oscura habitación. Lo siguió embistiendo por un rato más mientras su compañero se masturbaba y también llegó al momento cúspide de su placer: también lanzó enormes cantidades de leche, unas cayeron en el estómago del efebo y las otras en su cara, este último cogió y lamió seductora y lascivamente su corrida pues disfrutaba el sexo desde el inicio hasta el final. Ambos terminaron exhaustos, y a pesar de que se conocían por todos sus años de estar en la misma situación, parecía que esta situación fuera su perpetua costumbre: se querían como amigos, se gozaban como esposos mas no se amaban como tal, pues ambos liberales eran desde el fondo de sus almas. En palabras menos significa que ambos ...
... tienen disponibilidad absoluta del cuerpo del otro, se podían gozar sexualmente pero ninguno le debe fidelidad al otro ya que cada quien es libre de gozar del pene y del culo de quien lo desee. - Aun lo tengo parado ¿Te apetece algo más? - Dios santo, estoy cansado ¿¡Que más quieres!? - Solo una mamada, mientras me metes tus dedos bien ricos en el culo. Quisiera correrme por última vez. - Vale, solo porque eres tú. Si fueras algún otro imbécil ya lo habría mandado a volar. Se acercó a su mojado y rosado pene para lamerlo de pies a cabeza. Sabía que eso le encantaría al bello efebo ya que cada gemido le indicaba que estaba haciendo correctamente su trabajo, mientras este fumaba más “weed” mientras disfrutaba esa mamada tan placentera como parsimoniosa. Al rato abrió más sus piernas para dejar ver su ano para recibir esos dedos para recibir ese placer que muchas sociedades consideran enfermo y maldito, pero para este personaje solo era una forma de subir al cielo en medio de todas sus adversidades. Una vez la mamada iba en perfecta armonía con el ritmo de los dedos de su amante y ya finalizando de fumar sintió que su corrida se avecinaba, para lo cual empujó con sus manos a su amante para que se tragara por completo su pene (afortunadamente su tamaño le ayudaba) e instantes después le dejó su leche caliente y fresca recién salida de sus ricas bolas. - No te cansas nunca, ¿Verdad? - ¿Por qué habría de hacerlo? -preguntó totalmente desinteresado. - Porque en algún momento, esto ...