1. Intenciones ¿cambiantes o eternas? (Capítulo 1)


    Fecha: 20/05/2019, Categorías: Gays Autor: Nexus, Fuente: CuentoRelatos

    ... tendrá que cambiar. La vida va avanzando, y no siempre tendremos el mismo deseo. Además, yo me estoy cansando de esto. - Lastima por ti baby, yo soy un encanto y puedo tener a cualquier cantidad de hombres a mi disposición. Mira este cuerpo nada más. - lo decía tocándose de forma sensual y provocativa. - Aja claro, a cualquiera. A cualquiera, menos “él”. - ¡Cállate Ramiro si no quieres que te rompa todo lo que se llama cara! -decía ya un efebo con la ira en su cabeza. - Pues yo me estoy cansando. Yo fui tu refugio cuando él te hizo lo que te hizo, lo menos que me merezco es que me grites como una loca histérica. Siempre te he pedido una oportunidad, siempre te he pedido algo aunque sea poco. Tal vez no digo que lo logremos, pero que al menos lo intentemos. De todos con los que he estado, tú eres mi mejor culito y mi mejor pene. - I’m sorry baby, pero yo no tendré ataduras, muchísimo menos contigo. Deja de quejarte y mejor disfruta, y ya que estas así de insoportable mejor me largo. De pronto consiga a alguien por Grindr para mañana… Con esta cruel sentencia, un efebo trastornado se disponía a viajar en su carro hasta su apartamento. Por mucho que Ramiro lo satisfaga, él no tiene lo que realmente necesita; y todo lo que necesitaba, se fue con el último adiós de “él”. Para paliar el dolor de sus heridas decidió refugiarse en las drogas y en el frenesí, en el día era uno de los más eminentes Químicos Farmacéuticos del Área Metropolitana, pero de noche era un ser sin alma que ...
    ... buscaba saciar sus instintos primitivos más bajos con seres que nunca volvería a recordar. Solo alguien había logrado satisfacerlo por más de una noche, pero pronto eso comenzaría a cambiar. No hay mal que dure 100 años ni cuerpo (ni corazón) que lo resista… Mientras tanto, en otro extremo de la gran urbe… - ¡Por fin terminé! Ya los documentos están en regla y ordenados, y todos los medicamentos están ordenados en sus lugares. - Bueno, mañana podremos reabrir nuevamente y a producir plata papi porque estamos muy apretadas. - En eso te doy la razón. La situación del país está muy difícil. -le decía con un tono preocupado- - Así es. Por cierto, me debes algo: ¿Cómo es el tipo que te hizo tropezar? - Ah, ese muñeco… era alto, con un cabello que le daba hasta los hombros, ni gordo ni flaco, más bien intermedio, unos ojos tan brillantes como hermosos de un color avellana, tenía una tez de piel tirando a leche. Parece que no se broncea mucho. - Quien sabe si será médico o que. - Quien sabe. No creo que me lo vuelva a encontrar, igual son como estrellas fugaces. -decía con un leve tono de nostalgia en su voz - Papi, no sea bobo. De pronto encuentra a alguien más. - Después de esa vergüenza que pase, dudo muchísimo que vuelva a intentarlo. En fin, subamos a la cama y recemos el Rosario. - Vale. ¡Bebe, suba ya a la cama! -Eliza llamaba fuertemente a su hija- Alguien con exceso de confianza y alguien con falta de confianza. Un contraste demasiado curioso en función de las circunstancias. ...