Camino compartido 1
Fecha: 24/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... pija de José, que él no dejaba de pajear despacito, a su pubis angelical, aún casi desprovisto de pendejos, a su culito apretado y blanco, con ese pequeño lunar en la nalga derecha. José tenía los ojos clavados en la pija de Ale, pero se notaba que más que contemplar quería pasar a la acción. Sólo entrecruzaron miradas para entenderse. Ale se acostó boca abajo sobre la ropa, acomodando la pija que ya con el miedo al dolor de la penetración y el desvirgue se iba durmiendo. José le separó las piernas y se arrodilló en el medio, le abrió las nalgas y le escupió todo lo que pudo la entrada al ojetito. Fue bajando, se la apoyó y se la clavó. Por suerte no había nadie cerca, porque el grito de Ale se hizo oír. No fue fácil para ninguno de los dos, el culo virgen de Ale se resistía y la pija de José no se deslizaba, pero la decisión estaba tomada y ninguno de los dos aflojó. José se la sacó para ensalivarlo más y, cuando le volvió a abrir las nalgas vio con asombro que lo que antes era un asterisco completamente cerrado ahora presentaba en el medio un agujerito rosado de considerable tamaño, que con buena puntería pudo convertir en un laguito de saliva. La segunda clavada mandó la saliva hacia adentro y esta vez con menos esfuerzo pudo enterrar toda su pija en Alejandro. Sentía el pecho lleno de orgullo por lo que había visto: le había roto el culo a Ale! El pobre Ale, abajo, sentía como si le hubieran puesto una brasa ardiente dentro, pero no decía nada, apenas se quejaba. De a ...
... poco el dolor fue cediendo y pudo sentir el mete y saca de José sin sufrir. Qué sentía?, en realidad nada, la pija caliente de José que entraba y salía de adentro de él no le provocaba ninguna sensación placentera. Pero sentir el calor de su amigo sobre su espalda era lindo, la presión sobre sus nalgas, su respirar agitado junto a su cara, era agradable, no gozaba como dicen que gozan los putos, pero no era feo sentir la pija dentro y a José sobre su espalda. -Te gusta Ale? -No se. -,fue la respuesta sincera de Alejandro. José fue acelerando el ritmo y comenzó a gemir. Ale pudo sentir cómo la pija engordaba dentro de su ortito y cómo las manos de su amigo cada vez lo apretaban con más fuerza, hasta que José se apretó contra su culo todo lo que pudo y se quedó quieto y en silencio. Ale inclinó la cabeza hacia atrás y pudo ver a José con los ojos cerrados y una bella expresión de felicidad en su carita de nene. Poco después Ale sintió una rara tibieza dentro de su panza, su primer semen, la primer leche de José estaba anidando dentro de él. José se desplomó agitado sobre su espalda y se quedaron los dos en silencio. No pasó mucho para que Alejandro reclamara su parte. José cumplió su palabra, la había pasado tan bien en ese el primer polvo de su vida que entregar su culito a cambio era un precio que estaba feliz de pagar. En instantes cambiaron posición. Ale la tenía completamente dormida, pero la vista del culito de José, de esos dos huequitos que se le formaban justo arriba de ...