Camino compartido 1
Fecha: 24/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... que se decía por ahí, a ninguno de los dos le había sangrado ni le había quedado dolorido después de la garchada, los ortitos estaban como si nada, las pijas un poco doloridas por el frenillo demasiado duro aún pero el bienestar que sentían debajo del ombligo era delicioso. Esa fue la primera vez, pero la cercanía que tenían dio pie para muchas otras. Y harta cercanía tenían: Ale y José eran primos, la tía y la mamá eran muy unidas, la familia era muy unida. La tía de Ale era la hermana mayor y vivía con el abuelo en la casa de adelante, y Ale vivía con sus padres en la casa del fondo del gigantesco terreno de los abuelos, en el medio la quinta y los frutales. Para colmo iban y volvía juntos a la escuela y hasta compartían el grado. Lo difícil no era encontrarse sino separarse. Y así vino la segunda y la tercera y la cuarta y "dejarse" por el primo se hizo hábito. Alguno de los dos, en cualquier momento de soledad, miraba al otro a los ojos y le decía "vamos?", el otro sonreía y respondía "vamos!" Y lugares siempre había: en el cuarto de trastes de la casa de Ale, en el desván de la casa de José, en los cañaverales de las vías, en los pastizales del arroyo. , pero lo que mas gozaban eran cuando madre y tía salían juntas y podían coger en las camas de sus padres, la desnudez de sus cuerpos sobre las sábanas blancas, la excitación de hacerlo justo ahí y el riesgo de que alguien entrara conformaban un cóctel explosivo. Como esa vez que José quedó tan dilatado que se le escurrió ...
... leche del culito y mancharon las sábanas justo del lado de la madre, o esa otra que hurgando en la mesita de luz del viejo descubrieron las cajas de forros y se culearon con forro para saber qué se sentía, esperando que el padre no se diera cuenta que le faltaban un par de condones. O esa en que las madres regresaron antes y de pedo no encontraron a Ale arrodillado en el piso chupándosela a José. Ni una vez se habían negado al "vamos". Ni siquiera esa vez que Ale estaba en cama con una gripe tremenda. José, después de cenar fue a hacerle compañía y después que los tíos se fueron a dormir, se lo dijo. Ale quería decir que si, como siempre, pero estaba hecho mierda, lo miró a los ojos a José y le dijo, perdoname Jo, hoy no puedo cogerte, ni se me va a parar, pero la leche te la saco. Sacó su mano de debajo de la frazada, le bajó el cierre y le sacó la pija por la bragueta. -Arrimate!. Se incorporó y comenzó a chupársela. A veces tenía que parar para sonarse la nariz, pero después seguía. Y de a poco lo fue consiguiendo. Al rato José estaba como loco cogiéndose por la boca a Ale que, a pesar de la gripe, gozaba como loco del sabor y la tibieza de la pija de su primo. La acabada fue en silencio para no despertar a los padres, y Ale se bebió el semen de José con el placer de siempre. O esas dos semanas que pasaron desde la operación del frenillo de José. Su pija no se podía usar, pero su culo se la comió todos los días. Asi llegaron a los 14, disfrutándose uno al otro, aprendiendo ...