Mi vida universitaria: Pasaron dos machos. Un cobarde y un hermoso príncipe azul… - Relatos Eróticos

Mi vida universitaria: Pasaron dos machos. Un cobarde y un hermoso príncipe azul…

... retuve. Pensé que fue lo mejor… Me las jugué y perdí… Esto me podía pasar. El mozo (garzón) se acercó para preguntarme si me sentía bien… Si necesitaba algo… Le agradecí el gesto y le pedí la cuenta. Pagué, me levante y salí. Al cruzar la puerta, ya en la vereda, me fui caminado a la parada de ómnibus (autobús). Justo veo que vuelve este pelotudo en su taxi… Se estaciona y se baja con mi paquete de compras. Me lo había olvidado en el taxi. Yo continué caminando… No quería saber más nada de este boludo. Me abandonó y dejó pagando. Empecé a caminar más rápido y él a trotar para alcanzarme. Eso hizo, me alcanzó. Se para frente de mí… Andrés> Se te olvidó esto. Sin decirle nada, tomé el paquete que me entregó en mis manos. Lo esquivé y seguí con mi camino. Me escapaba de él, pero el continuó siguiéndome. Justo que cambio de dirección para cruzar la avenida. El sujeta mi brazo parándose a mi costado. Me dice: Andrés> Perdonáme, sé que no te debería haber dejado así… Muy enojada doy vuelta mi cara para ver la suya y le respondo: Yo> Me dejaste pagando la cuenta. Ya está!!! No te quiero ver más!!! Andrés> Entendéme, fue un shock para mí!!! Me sentí traicionado!!! Yo> Traicionado??? Disculpá pero yo te dije la verdad. No te traicioné para que sepas. Ahora andáte por favor!!! Ya lloraba… Pero me contuve. Andrés> Por favor, discúlpame… Entendé. Nunca me pasó esto en mi vida. Entendé. No sabía qué hacer, cómo reaccionar. Sé que te hice sentir mal. Me salió del alma. No me pude ...

... controlar. No sé que decir. Disculpáme. Yo> Esta bien!!! Acepto tus disculpas. Chau. Andrés no soltaba mi brazo, lo seguía sujetando firmemente. Andrés> Por favor dejáme que te compense, dejáme que te lleve a tu casa… No me hagas sentir un miserable… Con sus disculpas ya me sentía un poco más relajada. Ya no estaba tan enfurecida. Yo> Andrés, no hace falta que me llevés, prefiero irme a casa sola. Andrés> Es que no puedo dejar una mujer sola así. Entendéme. Te quiero llevar. Dale. Dejáme que te lleve. Mirá, se está haciendo de noche y no quiero dejarte así. Fui un tonto al dejarte solita. Entendéme tu belleza me puede!!! Dale, vamos. Te dejo en tu casa y no sabés más de mí. Mientras me hablaba yo quedé inmóvil. Para ser sincera me convenció. Me sentía mal, pero este pelotudo seguía cargado con su químico inflamable. Él también me pudo… convencer claro. Me llevó del brazo hasta el taxi, me abrió la puerta delantera y subí. Aún sentía vergüenza y resentimiento. Me preguntó la dirección. Le dije dónde. Mientras conducía puse mi cara hacia el vidrio de la puerta para mirar el paisaje. No quería ver su cara. Conducía muy despacio, y mi casa estaba lejos. De reojo notaba que quería charlar conmigo. Apretaba sus labios sin mencionar ni una palabra. De mi cartera saqué mi espejo de mano para ver como había quedado. Uh! se me corrió el delineador (un poquitito) debido a las lágrimas. Comencé a maquillarme, mientras él conducía. Andrés no aguantó más, quería romper el hielo… Andrés> Cómo es que ...