Mis machos del campo (cuarta parte)
Fecha: 03/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos
Acomode y ordene la casa hasta que quedo impecable. Me costó regresar a mi dormitorio el colchón de cama doble que habíamos usado, las dos sabanas que había colocado sobre él, estaban empapadas con manchas de mis jugos y del semen de mis chicos que aún estaba húmedo, olí varias veces su aroma refregándolas sobre mi cara y a pesar de estar plenamente satisfecha volví a estremecerme. Me dije a mi misma que era suficiente, así que me calme y las puse a lavar junto con mi baby doll que estaba igualmente impregnado de manchas de los jugos mezclados de mis machos y míos, tenía que lavar las huellas del festín. Busque algo para cocinar y pensé en que mis leones estarían hambrientos, así que saque unos bifes y algunas verduras para esperarlos porque por mensaje me habían avisado que habían ido a hacer alguna tarea y regresarían hambrientos. El mensaje terminaba así: “besos de tus papitos, hermosa NUESTRA”, casi me derrito al leer esas palabritas tan hermosas que me dirigían, especialmente el NUESTRA porque era verdad, era SUYA y ellos MÍOS. Me gustaba que además de educados y simpáticos fueran halagadores y cariñosos. Respondí que los esperaba a almorzar, y agregue “besos MIS AMORES”. Luis regresaría a la noche y todavía podíamos compartir unas horas más. Pasado el mediodía escuche el ruido de los cuatriciclos, mis chicos estaban de nuevo de regreso a casa. Había puesto la mesa a la sombra en el patio, adornada con un vaso lleno de florcitas silvestres que había buscado cerca de ...
... casa. Los tres me saludaron con un beso en la boca y se sentaron. Pregunte si estaban hambrientos y el melli Luis respondió: claro que sí, hicimos mucho ejercicio anoche!!! Nos reímos de la ocurrencia y comimos conversando de cosas del campo y sin siquiera referirnos al encuentro que tuvimos. Me daba risa el respeto y el trato de “Usted” cuando me hablaban, ninguno se animaba a tutearme. Los tres devoraron la comida, pero como siempre Ricardo, el más pícaro dijo: muy sabrosa la carne, pero no se puede comparar con la que comimos anoche que estaba exquisita!! Nos reímos y festejamos sus palabras, yo coqueteando le di un suave chirlo en el hombro, como reprendiendo su dicho. Luis fue hasta el naranjo que había detrás de la casa y trajo naranjas de postre para todos. En la sobremesa charlamos cosas triviales de sus trabajos y el mío, que era mantener limpio y ordenado el patio e ir pasando en la PC del escritorio las novedades que ellos y Luis traían del campo: pariciones, algún novillo perdido, fardos de pasto y bolsas de alimento que consumían los animales, estado de los caballos de raza que había en el corral etc. Algo simple y que me llevaba poco tiempo Rato después les dije que se marchen, que tanto ellos como yo necesitábamos descansar después de semejante noche. Se rieron y se despidieron con un beso, pero el melli Luis no pudo con su genio y metió su mano debajo de mi falda y con mirada picara manoseo suavemente mi culo, le cachetee el brazo y riéndome por la cosquilla que ...