Mis machos del campo (cuarta parte)
Fecha: 03/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos
... sentí le saque la mano y lo bese en la boca. Los tres fueron hacia su casa y yo empecé a entrar la vajilla y lavarla. Cada vez me gustaba más su compañía. De verdad estaba agotada y me dolía todo el cuerpo, me acosté y me dormí profundamente. Desperté varias horas después al escuchar el ruido de la camioneta de Luis regresando del pueblo. Salí a recibirlo, nos besamos en la mejilla y conversamos sobre lo que ambos habíamos hecho en estos dos días, Por supuesto que le mentí que hacer las tareas, aburrirme y dormir. El conto algo de la feria pero no le preste mucha atención. Mi mente estaba en otra cosa. Cenamos, me dio un beso en la frente y se fue a dormir. Era un hombre bueno y de verdad yo lo quería, pero casi más como a un amigo que a un marido. Me remordía la conciencia mi comportamiento, pero era algo nuevo que había descubierto y no quería abandonar. Pensé que en parte era su culpa por la monotonía intima a la que estaba acostumbrado y a la que ahora yo no estaba dispuesta a resignarme. En estas semanas que llevábamos ahí yo había descubierto un mundo nuevo de placer y lujuria que no dejaría por nada. El calor era agobiante, luego de darme otra ducha me acosté en mi cama, allí donde retoce como una perra con mis machos. El coger a oscuras me había despertado el morbo, no me podía sacar de la cabeza el placer que había sentido siendo usada por tres machos no sabiendo cual era cual, y gozando por igual a cada uno. No había sido Isabel, había sido una trozo de carne ...
... usada y gozada como un objeto por tres sementales fuertes y jóvenes, que me cogieron despierta y seguramente también luego que me dormí, mis pensamientos volvieron a calentarme, pero tenía la concha y el culo tan irritados que ni se me ocurrió pajearme. El domingo a la tarde los chicos jugaban al futbol entre ellos, bromeando y divirtiéndose sanamente. Desde el patio donde estábamos sentados con Luis los mirábamos y no pude evitar comentarle lo buenos y educados que eran, que de haber podido me hubiera gustado tener hijos como ellos. Luis asintió con la cabeza, ambos sabíamos que yo no podía tener hijos después de los estudios que me había hecho al poco tiempo de casarnos. Por un momento pensé que eso había desanimado a Luis a cogerme mejor, pero descarte esa idea en el acto, él era así, frio y aburrido en la cama. La semana fue monótona, yo intercambiaba mensajes con los chicos a cualquier hora de la madrugada, en la cama ponía mi teléfono cerca de mi cara en vibrador y al sentir un mensaje me despertaba en el acto para leer las cochinadas que me decían, yo redoblaba la apuesta y les respondía más sucio aún. Era fines de febrero y seguía el calor agobiante, yo iba sola al arroyo mientras ellos trabajaban, me gustaba bañarme y tomar sol desnuda, aunque eso me llevaba indefectiblemente a recordar el día del primer encuentro y me calentaba tanto que me pajeaba dentro del agua. El jueves a la noche estaba tan excitada, que al sentir los ronquidos de Luis les hice un mensaje a mis ...