1. III - Escuela: Del Club de Rondalla


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... chones? -Pzz si. ¿Y? -dijo él con una risa, mientras que se quitaba la ropa. -Al menos traigo puesto algo, maricón. Todos se burlaban de él, mientras que él respondía con una risa. Respondían entre burlas y risas, pero yo en cambio me dedicaba a mirarle las bonitas nalgas que tenía, además del bultito que se le formaba en sus piernas blancas. Todo éso mientras que yo seguía cambiándome y despistando las miradas. Después, pude verle el pecho y la panza que tenía en desarrollo: jamás habría pensado que ése chico se hubiese convertido en todo un hombre de buen material (pero ésa es otra historia para después). Después de cambiarnos de ropa, subimos al escenario y terminamos cantando aquella melodía, para que pronto después, varios papás llegasen por sus hijos y se los llevaran así vestidos. Por un giro del destino, los papás de Uriel y mi mamá estaban ahí, viendo el espectáculo que los demás clubs hacían. Tan pronto noté que él iba al baño, yo le seguí con la idea de que podría volver a verle en ropa interior. Corrí a seguirle, terminando en los baños con un pantalón de mezclilla y una camisa, listo para cambiarme. Al llegar, me di cuenta que no lo hallaba. ¿Estaría en uno de los cubículos? Comencé a desvestirme por completo, para apenas agarrar el pantalón de mezclilla y que una mano me agarrara el brazo y me girase. Me sorprendí al ver a Uriel, con una cara seria, mientras se me acercaba él estando en calzones. -¿Que traes tú, maricón? -dijo él algo enfadado. -Wey, yo solo ...
    ... me iba a cambiar. No se que traigas tú... -Nomas traes ganas de verme el pinche camaronsote, ¿verdad? -dijo él, mientras que sobaba su bulto contra mi pierna, terminando con un "pinche joto". -Me lo dice el que me vio en el baño. -le contesté con una risa. A diferencia de lo que yo creía, su reacción fue inesperada: sonrió y se comenzó a sobar su bulto. -Ah sí. Eso. ¿Que hacías? -preguntó con una sonrisa pícara. -¿Y que te importa? -Pues es que no sé que hacías a tu pilinga. -Pues me la jalaba. ¿Ya? -Ah...pues a que me enseñas. Todo lo anterior escrito lo decía con una sonrisa. Él ya sabía que me encantaba a miles y solo hacía éso para molestar, sin embargo, él quería algo conmigo en ése momento. -¿Quieres saber como jalártela? -le pregunté pícaro, recordando las primeras lecciones que tuve en la primaria. -Pues órale. Ando esperando. -dijo él, acercándose mucho a mí. Mi mano se fue directamente a su bulto, pero mientras yo tenía la mirada hacia abajo, no noté que su acercamiento fue más por parte de su cara a la mía: no solo quería plantarme un beso, sino que ya lo había hecho. Estaba impactado. Lo que tenía por idea en aquél entonces (ingenuo), era que SOLO si dos hombres besándose era completamente mariconada. Ahora pregúntense: ¿Me importó? POR SUPUESTO QUE NO. Era algo delicioso y dulce. Antes ya había besado otras niñas, pero a como él me besaba me hacía sentirme raro, respondido. Aparte de excitado. Su beso solo hizo que me prendiera y le sobara más rico el bulto, ...