La isla de los placeres mortales
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
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BDSM
Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos
... importándoles la presencia de los parroquianos y de los transeúntes de todas las edades que circulaban por el sector, quienes no miraron con muy buenos ojos la escena, por lo que decidieron ingresar al interior del local a un lugar un poco más privado. Aun tenían una hora disponible al menos antes de regresar al yate, por lo que ordenaron algo para comer. La latina había descubierto en Ebba “El talón de Aquiles”; sus inclinaciones más oscuras y los juegos sexuales duros y retorcidos contrarrestaban, con la inocente y dulce personificación de ser tratada como a una bebita, Paula iba a averiguar, cuál de los dos le era más seductor; el sexo duro, o el tierno juego de la madre y la hijita. Las dos mujeres se sirvieron unos platillos típicos de estas islas, y antes que Paula insistiera en el tema, la sueca inició su narración: -Hace poco más de tres años me ocupaba como “Escort” o acompañante, para decirlo de una manera más elegante, en fin una meretriz refinada, si se puede decir así. Hacía esta tarea para un traficante de personas, un turco que se llama “Osman“, quien suministra a mujeres y jóvenes varones especialmente del tipo europeo, entre otros servicios a exigentes y exclusivos clientes del cercano y medio oriente, no solo como escoltas, sino que para cualquier quehacer que ellos soliciten, él las puede conseguir, dependiendo tan solo del monto que estos clientes quieren pagar, a cambio de ello, les asegura, confiabilidad y discreción. Sus prestaciones son bastante ...
... gravosas, pero esto no es problema para estos acaudalados, y poderosos señores a quienes brinda tan peculiares favores. -Entiendo le dijo Paula, ¿Es así cómo te conectaste con estos eventos? -Espera un poco, no seas impaciente mamita, le dijo Ebba con el mismo tonillo de la cría del íntimo juego que mantenían durante esta plática. -Está bien mi muñequita, sigue con tu “bonita historia”, enmendó su interrupción Paula, por lo que la rubia siguió con la reseña: -Como estos clientes y Osman no se podían comprometer en ordenar y poner en su lugar a las chicas que no cumplían con las tareas encomendadas, como ser atentas y complacientes con nuestros clientes, entonces me encargó a mí hacerme cargo de esa labor disciplinaria, en la cual tal vez fui muy enérgica, quizás solo un poco, acabó diciendo con una sonrisa maliciosa. -¿Qué quieres decir con la “labor disciplinaria” amiga mía?, la interrumpió de nuevo Paula. -Sucede que esta clase de trabajo es muy desesperante, (le explicaba la sueca), sobre todo con algunas mujeres empecinadas, que reincidían en conductas muy poco participativas, con las que fui muy estricta, de tal forma que una vez que acababa de disciplinarlas, ya no estaban en condiciones de poder volver a ejercer su trabajo. -Lo que me cuentas es muy interesante, pero no me has dicho aun como llegaste a estos juegos insistió Paula. -En esta ocasión la rubia hiso caso omiso a la pregunta, prosiguiendo: -En más de alguna ocasión tuve que demostrarles a nuestros clientes, que el ...