La isla de los placeres mortales
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
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BDSM
Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos
... protector y la rubia asiática, para detener o continuar el combate, Rouge se deleitaba manoseándose, pasando las palmas de sus manos entre sus muslos hasta sus pechos obscenamente, en espera del giro que le daría a los acontecimientos por la inequívoca decisión de Karl, quien hacía caso omiso de los esfuerzos de “La loca” por llamar su atención, lo cual era bien recibido por la perversa Rouge, que expectante, daba como aceptada expresamente la continuación del combate, o de la masacre, como se le debiera llamar. -Debo confesarte que Rouge esa noche provocó sensaciones que surgieron desde mis más ocultos desvaríos, los que aun no se manifestaban en su plenitud, presenciando con un nuevo y excitante arrebato la manera en que esta iniciaba el final de su presentación. -Ahora sí que se pone entretenida tu historia Ebba, por favor prosigue la animó Paula. -Asiéndola por uno de sus brazos, la impulsó azotándola salvajemente contra el entramado de tubos metálicos, para voltearla y mirarla fijamente a la cara, la que sangraba copiosamente de nariz y boca, habiendo perdido algunas piezas dentales por el salvaje golpe recibido, quedando algo aturdida, por lo que Rouge la tomó por el cabello, evitando que se fuera al piso, levantándole la cabeza para girársela y mostrárnosla por algunos momentos. Paula se acomodó en su asiento, apoyando su codo en la mesa y haciendo descansar su barbilla en la palma de su mano, señalando la gran atención que ponía a la narración que hacía Ebba, ...
... animándola así a continuar con su declaración, manifestándole: -Esto se pone muy interesante, por favor dime ¿Cuál fue tu reacción mi nenita traviesa. -Yo me mantuve solo observando, aclaró Ebba, mientras los demás aplaudieron muy complacidos esta maniobra. Una vez terminados los vítores, “La loca”, desde su incómoda posición, intentó atrapar del cuello a Rouge, y esta haciendo ostentación de lo poco que tenía que afanarse para evitar la inútil intención, le quitó las manos de su cuello, cogiendo los dedos de la infeliz, y con estudiada parsimonia empezó a doblárselos hacia atrás lentamente, hasta quebrárselos uno a uno, oyéndose el crujir de las falanges, seguidos por los gritos y aullidos de dolor de la martirizada “Loca”. Seguidamente se dirigió hasta nosotros, consultándonos si queríamos más. Quienes conocían sus torcidos talentos, guardaron silencio, esperando con ansias que continuara su excitante exhibición con uno de sus imaginativos términos de faena, los que ella sabía hacer con lucidas rutinas para regocijo del honorable y respetable público, (explicaba la sueca con sarcasmo). -Tu forma de contar los hechos, me encienden, le dijo la latina, mientras acariciaba por debajo de la mesa las piernas de la rubia muy cerca de su sexo, con la clara intención que esta no parara de describir los sucesos. Reanudando la escandinava con su exposición, detallando como la francesa se movía, frotándose impúdicamente frente a la maltrecha Paula, que apenas si podía sostenerse en pie, viendo ...