La isla de los placeres mortales
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
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BDSM
Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos
... sería tan atractivo ni entretenido para sus básicos requerimientos. El francés decidió retirarse a un apartado menos animado a un extremo del escenario, en donde se pudiera conversar, no sin antes encargarle al barman que le hiciera llegar una botella de champagne de la mejor calidad que tuviera y que también, le condujera hasta allí a una joven llamada Paula, que con seguridad preguntaría por él, agradeciéndole de antemano el encargo, depositó sobre la barra varios billetes con el retrato de Benjamín Franklin en el anverso de ellos. A Dupont se le había encargado la tarea de reclutar chicas alrededor del mundo para participar en encuentros muy privados de lucha femenina para un exigente público, para este efecto el francés se contactaba con los managers y participantes de los deportes de contacto, buscando otras alternativas en esta clase de clubes, las elegidas debían cumplir con ciertas condiciones que no eran fáciles de lograr, tenían que ser jóvenes, solteras, sin compromisos, independientes, audaces, hermosas y atléticas, sin ser para nada del tipo hombrunas, ni algo que se le parezca, las cuales no tenían cabida alguna en este clase de justas, estas condiciones y otras eran estudiadas por el francés, para que finalmente en una entrevista personal decidir su incorporación o no, a estos exclusivos circuitos. Este era el caso de la llamada “Paula”, con era el caso de la llamada la cual había quedado de encontrarse en el club a eso de la medianoche, por lo que cuando ...
... se aproximaba la hora señalada, el hombre cambió el ángulo de su asiento, para tener una mejor perspectiva del entorno, quedando en alerta. El francés primero se informaba de todo lo concerniente a las posibles participantes, además de las condiciones anteriormente nombradas; debían poseer arrojo, ser reservadas, audaces, de gran temperamento, y al menos hablar y entender inglés. Dupont se preocupaba de conocer bien sus orígenes, y sus íntimas tendencias, las que tenían que ser necesariamente compatibles y afines con las actividades que realizarían, las que por ningún motivo deberían entorpecer los intereses de esta exclusiva sociedad, en la que tendrán que ser capaces de estimular a una exigente y extravagante audiencia, la cual a su debido tiempo, sabrá recompensarlas si quedan satisfechos con su participación. Dupont mientras observaba como se iniciaba el tercer y último asalto, miró la hora, era ya cerca de la medianoche, y aunque no parecía mayormente preocupado, echaba uno que otro vistazo a la entrada del nightclub por si veía alguna mujer con este tipo de características, o la que pudiera parecerse a primera vista, ya que no la conocía, ni siquiera por fotografía, habiendo escuchado tan solo algunos comentarios de ella por boca de terceros, habiéndola contactado más tarde mediante un par de llamadas telefónicas, acordando el día, la hora y el lugar de este encuentro. Dada las condiciones que la misma muchacha le propuso para proceder al encuentro, aparentemente esta ...