La isla de los placeres mortales
Fecha: 20/06/2019,
Categorías:
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BDSM
Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos
... solo ver como hacía sufrir a la loca, creo que el gordo se satisfizo tan solo observando el castigo, me parecía a ratos que era un sádico sodomita, para terminar diciendo, bueno de todas maneras no se nos paga como para cuestionar a nuestros generosos “protectores”, sino para satisfacer sus excéntricos caprichos. -Poco antes de llegar a la embarcación que ya divisaban a unos cincuenta metros Paula se dirigió nuevamente a su interlocutora, para decirle: -Termina con tu historia, antes que lleguemos hasta el yate, tal vez no tendremos una oportunidad mejor que esta para conversar íntimamente, aunque espero que sean muchas más mi “bella niñita”, le señalo la hábil Paula, para que esta acabara con su información. -Aquella noche Rouge consiguió excitarme más que cualquier hombre o mujer que hasta ese momento había conocido. Estaba soberbia y altiva al salir del cuadrilátero, deseaba su cuerpo, me provocaba adorarla mientras la miraba infligiendo esos dolorosos tormentos, me sentí hechizada por ella, deseaba dejarme seducir por su mirada, sabía que iba a llevarme a sentir placeres inimaginables, una hembra que gozaba martirizando tanto a mujeres como a hombres, daba lo mismo, más tarde supe que ella a su debido tiempo, deseaba ser sometida y castigada también. -Cuando llegaron a la altura del muelle, en donde estaba el yate, observaron a dos de las chicas que estaban en la popa dándose baños y zambullidas, sobre la cubierta las dos mujeres “Castigadas” Seba y Rouge tomaban el sol, ...
... mirando a Paula y a Ebba que llegaban, ahora como la relación entre ellas, no era un misterio, más bien era un secreto a voces, Paula besó en la boca prolongadamente a la sueca, provocando abiertamente a Rouge, de la cual ya tenía información del tipo de fémina que era, demostrándole que no le tenía temor alguno. Como a las diecinueve horas el capitán Theodoridis, reunió a las invitadas y a la tripulación, para decirles que el crucero continuaría con solo tres miembros de la tripulación: El segundo de a bordo el ingeniero Hans, Manuel el cocinero y yo quien les habla. Estamos a menos de doce horas de navegación para llegar a la isla Spintria, por lo que les pido su cooperación durante el corto tiempo que nos queda por delante, la rutina será la misma, excepto que esta vez no contarán con sus asistentes. Además hago la recomendación, para que cada una de las invitadas ocupe solo los camarotes asignados, para así conservar las buenas relaciones. Una vez dicho esto se despidió de los tripulantes que bajaban del yate, donde uno de ellos soltó amarras lanzándolas al piso de la cubierta, para hacer después señas de despedida a los que continuábamos en la travesía. Esta última noche, el capitán Theodoridis congregó al resto de la tripulación del navío y a las pasajeras, que entre todos no llegaban a un par de dígitos, para darle las indicaciones de cómo tenían que proceder al llegar a la Isla. Lo reducido de la dotación en el último trayecto tenía como finalidad mantener en reserva ...