1. La isla de los placeres mortales


    Fecha: 20/06/2019, Categorías: Otras Categorías, BDSM Autor: reneamo, Fuente: CuentoRelatos

    ... como un válido pretexto para un sensual encuentro bajo la ducha. Una vez que se hubieron refrescado y “todo lo demás”, se dispusieron a reposar, mientras lo hacían, alguien golpeó a la puerta, la rubia que aun estando desnuda la abrió, era Pierre Dupont que ya se encontraba en la isla, saludando amablemente a ambas muchachas: -¡Hola!, ¿Como están?, veo que ya se conocieron, según me informó el capitán Theo, expresando luego gentilmente algunas palabras de bienvenidas, esperando una respuesta por parte de las mujeres. -Así es le confirmó Ebba alegremente satisfecha, ¿A qué se debe tú grata visita Pierre? -Vengo a informarles que a un costado del embarcadero y bajo una marquesina, si así lo desean, estarán dispuesto refrigerios y comidas para servirse, ya que en la isla no hay servicio de habitación, añadió esto con un dejo de humor. A continuación les notificó que Karl Hermann y su compañera Kim acababan de arribar a la isla, al parecer en un hidroavión, y que a eso de las veinte y treinta horas se reunirán en el salón principal, el que se ubica en donde termina el pasillo, como ya te deben haber informado “mon chérie” Paula, y como eres nueva en estos certámenes, (especificó el francés), aun de igual forma te documentaré que es el lugar en donde se efectúan y se programan los eventos, siendo este el motivo principal por el que todos nos encontramos aquí. -Así es Pierre, le contestó Paula, ya me han instruido al respecto casi de todo, y por la mejor instructora y guía, le ...
    ... sonrió, girando la cabeza para indicar a Ebba. -Me encargó el señor Hermann, les hiciera llegar la sugerencia de lucir ataviadas muy sensuales y atractivas para la ocasión, es todo lo que debo que comunicar… ¡ah!... Ebba tengo un encargo para ti de Kim, éste sacó del bolsillo de su camisa un sobre, el que extendió a la aludida, agregando además, me pidió que te informara que durante la tarde te comunicaras personalmente con ella, luego el varón se despidió, retirándose cortésmente. Ebba tomó el sobre, extrayendo del interior una postal que ojeó en pocos segundos y que pasó trivialmente a la morena, quien leyó un mensaje que tenía escrito en manuscrito escuetamente: Esta noche “Gladiadoras & esclavas”. En la isla, como en todos los eventos que se realizaban, se tenía prohibido comunicarse por algún sistema telefónico, sea celular, satelital o por otro sistema, los únicos que podrían efectuar llamadas pero no recibir; eran Karl y Kim, aunque podrían hacerlo eventualmente Pierre Dupont y Theodoridis, siempre y cuando lo ameritaran forzosamente las circunstancias. Una vez que se hubieron vestido, las dos mujeres se dirigieron directo a la marquesina mencionada junto al muelle para comer algo, era un local de estilo informal pero cómodo, ahí se encontraba el conocido y agradable Manuel con otros empleados de la isla, a quienes saludaron, para luego tomar el menú que le ofrecieron, después de merendar y disfrutar un breve paseo por las inmediaciones, subieron hasta sus habitaciones, ...
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